Van pasando los días, las semanas y los meses y ya tenemos una nueva Navidad para disfrutarla juntos y rememorar lo sucedido hace 2021 años en Belén.
Este año lo hemos transitado con unos cuantos meses confinados, otros directamente incomunicados, aislados y estabulados, tal como quieren nuestros gobrernantes porque piensan que el ganado está muy bien en el establo y sin que les moleste demasiado para hacer y deshacer a su antojo.
En mi caso, no me puedo quejar. He seguido avanzando en esta aventura que es la vida y he aprendido un montón de cosas que desconocía.
El hecho de estar encerrados en casa, no nos obliga a estar amorrados a la televisión, que dicho sea de paso, no es más que un medio de manipulación más, podemos aprender multitud de disciplinas que nos van a ser muy útles en cualquier momento. Y no hablo de conocimientos demasiado complicados. Aprender a cocinar, aprender un nuevo idioma, una nueva forma de contar cosas, conocer parte de la historia, etc, son tareas que nos proporcinarán placer y nos ayudarán a sentirnos mucho mejor como personas.
Pero cada cual es como es y hay libertad para todos para hacer aquello que se te antoje, por lo tanto, si te motiva estar tumbado en el sofá con el mando y tu canal favorito, estás en tu derecho, pero no te lo recomiendo.
Creo que es un buen momento para pensar en ser mejores cada día y convertirnos en aquello que un día soñamos ser, mejores personas, mejores amigos, mejores compañeros, mejores familiares de cualquier tipo. Todo lo que deseas, está en tu mano y estas jornadas de Navidad nos ayudan a pensar en todo ello.
Desde Radio Esperantia y Crónicas de Esperantia te deseamos de todo corazón que celebres una Feliz Navidad junto a los tuyos.
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