Acabo de terminar de ver una de esas series con las que te tropiezas por casualidad, termina enganchándote, sigues viéndola por inercia y al final piensas que los productores han perdido una gran oportunidad al no saber sacarle todo el partido a las tramas, los actores y la temática.
En general no está mal. Es una recreación costosa de la vida en Alemania a comienzos del siglo XX, con todo lo que ello requiere de costes y de ambientación, que está muy cuidada, por cierto.
La serie alemana de Netflix está ambientada en la mundialmente famosa Oktoberfest germana, donde la cerveza es la gran protagonista.
Quizás acostumbrados a las producciones norteamericanas y británicas nos llamen la atención algunos tipos de planos y de tratamiento audiovisual de las escenas, pero en este punto, hay tantos gustos como colores, tal como nos enseña el refrán.
A mi se me quedan cortas algunas de las tramas y me parecen excesivo el tratamiento que se le da a otras, pero ahí en el mundo del arte que no es cuantitativo, cada cual percibe las obras de un modo distinto.
En resumen, una serie que merece la pena echarle un vistazo.
La imagen es un cartel anunciador de la primera temporada. Ahora mismo no tengo muy claro si habrá una segunda.
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