Hace unos días terminé la segunda y última temporada de una de esas series que tenía pendientes y que me ha dejado con un buen sabor de boca.
Se trata de Roma, la serie de HBO, que a pesar de tener ya sus añitos se muestra muy fresca y nos recrea de forma admirable un pasaje de la historia del imperio desde las batallas de Julio César en la Galia hasta la llegada de Octavio Augusto, un emperador que comenzó a sentar las bases de un vasto territorio que marcaría la historia de la humanidad.
La serie aparte de su lógica recreación histórica, que la borda en todos y cada uno de sus capítulos, nos muestra desde el punto de vista de dos ciudadanos normales, del pueblo, dos legionarios, la sucesión de acontecimientos que dieron lugar a uno de los pasajes de la historia del Imperio Romano más conocidas, el auge y caída de César, la historia de Marco Antonio y Cleopatra, las intrigas para conseguir el poder y la llegada al fin de Octavio para colocar los pilares de lo que durante muchos años fue el pueblo más poderoso sobre la tierra.
Si te gusta la politica, también la serie aporta dosis considerables. Las posturas de unos y otros para conseguir sus fines, las tretas, engaños, añagazas y alianzas para obtener el poder.
Si no la has visto, te la recomiendo. No es muy larga. Son sólo dos temporadas que saben a poco, pero que se bastan para contarnos un montón de historias en una o una historia de miles de la antigua Roma.
La imagen de dos de los protagonistas durante una escena de la serie la encontré en Google.
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