En España estamos viviendo tras las últimas elecciones un escenario que nunca habíamos visitado tras la llegada de la democracia allá por el año 1977 del siglo pasado. Quizás el entrar en terrenos ignotos en este ámbito nos está creando cierto nerviosismo y la incertidumbre que se palpa en al ambiente invita a pensar que posiblemente nos iremos a unas nuevas elecciones en marzo, aunque todavía queda mucho para utilizar esa última alternativa.
Recuerdo que tras la noche electoral del 20 de enero, mi amigo Renato, desde Italia, me comentó que era la primera vez que en España no se sabía ya esa misma noche quien iba a ser el presidente y me recordaba que los italianos estaban ya tan acostumbrados a este tipo de escenarios que se lo tomaban con mucha calma y tranquilidad con periodos en los que han pasado incluso buena parte de la legislatura intentando formar Gobierno.
Ahora las sumas y restas en el Parlamente no cuadran y es hora de utilizar la política con mayúsculas para intentar alcanzar acuerdos en un sentido o en otro, como han hecho otros países, Italia por ejemplo, en multitud de ocasiones.
En cualquiera de los casos, la solución siempre será la menos mala, porque alternativas buenas y que contenten a la mayoría, hay pocas o apenas ninguna.
De un lado tenemos a Rajoy que con sus 122 diputados está aislado y a pesar de algunos acuerdos, incluso tendría complicado obtener una mayoría absoluta y, como mal menor, aspira a obtener mayoría simple en segunda ronda, pero que por la suma de la oposición, también supondría una sorpresa al tener a casi todo el hemiciclo en contra. La gran coalición PP y PSOE, da la impresión que no se contempla, de modo que lo tiene verdaderamente complicado.
La otra mayoría que podría crearse es la del PSOE con Podemos y buena parte de la izquierda nacional y separatista, algo que no gusta mucho en el propio PSOE porque supondría ser rehenes de unos socios que presionarían constantemente durante la legislatura para tensar la cuerda y no compensa una presidencia del gobierno si vas a caer en menos de dos años y, lo peor de todo, que en la siguiente cita electoral, la debacle podría ser antológica.
Un tercer intento de investidura con un outsider como Albert Rivera o incluso Pablo Iglesias, tampoco creo que esté en la agenda de nadie porque las sumas no ayudan e incluso las abstenciones serían duras de alcanzar para investir en segunda ronda.
Como España es bastante diferente y aquí vamos por libre, si me permites mi opinión, habrá elecciones en Marzo, pero no descarto cualquier giro de los acontecimientos por muy rocambolesco que nos pueda parecer.
Una vez llegados a la nueva cita de las urnas, caso de que se produjera, tampoco creo que habría grandes diferencias con respecto a lo que nos encontramos el 20 de diciembre. Quizás por los vasos comunicantes del trasvase de votos, podrían irse del PSOE a Podemos y de Ciudadanos al PP, pero la suma total, quedaría casi en los mismos guarismos que ahora.
Nos enfrentamos a un escenario inédito y enormemente interesante que no debe ponernos nerviosos. Debemos pensar que ya estamos suficientemente duchos en democracia como para enfrentarnos a estos nuevos retos que nos proponen las citas en las urnas, que en definitiva son las decisiones del conjunto de los españoles y los políticos deben saberlo, asumirlo y administrarlo de la mejor forma posible para que en última instancia, las decisiones que se tomen, beneficien siempre a la mayoría.
La imagen la encontré en Avant Forum.
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