Habrás observado que, de un tiempo a esta parte apenas toco en el blog la política. La respuesta es sencilla: es una mezcla extraña de aburrimiento, de sectarismo y de demagogia, casi en partes iguales.
Me he sentido tentado a escribir alguna reflexión sobre algún hecho puntual al que hemos asistido, pero después de pensarlo, me he dicho que tampoco sirve para mucho y además, para rellenar unas cuantas líneas sobre un tema que ahora mismo tampoco me interesa mucho, prefiero dedicar mi tiempo a otros menesteres más satisfactorios.
Este domingo nos enfrentamos a una nueva cita electoral. En este caso se trata de elecciones a ayuntamientos, cabildos y a 13 comunidades autónomas, que según todo los indicios, serán un punto de inflexión o, como dirían en el entorno científico un cambio de paradigma.
Hasta ahora PSOE, PP y nacionalistas tenían montado un chiringuito en el que en algunas zonas se les unía también IU, para mantener un régimen de corrupción que sólo beneficiara a los integrantes de sus organizaciones y allegados.
Ya se podía votar a unos o a otros que al final, elección tras elección, todo seguía igual y como un todo, se defendía el status quo para que nada cambiara y siguiera beneficiando a los mismos.
A partir del domingo todo este tingladillo va a cambiar porque la irrupción con fuerza de Ciudadanos y Podemos en las instituciones obligará a realizar una recomposición del sistema que ya estamos presenciando en las conversaciones y discusiones para crear gobierno en Andalucía tras las últimas elecciones en la comunidad. Este escenario multiplicado por 13 en el ámbito autonómico y por más de 1000 en el ámbito municipal lo vamos a ver a partir del próximo domingo.
Aunque el hecho de que algo va a cambiar genera algo de ilusión, no es tampoco para lanzar cohetes porque si nos fijamos en las últimas encuestas de intención de voto, que no son más que una foto fija de un momento concreto y hay que darle la verdadera importancia que tienen, no quita para conocer las tendencias generales y, en este punto, creo que la situación no invita tanto al optimismo si tenemos en cuenta que las formaciones clásicas del régimen de corrupción siguen teniendo a pesar de todo excelentes resultados pese a que han robado, eliminado derechos, subido los impuestos y tratado a los ciudadanos poco menos que como esclavos.
No obstante, aunque la clases política española por lo general deja bastante que desear, por no decir otra cosa, quizás tendríamos que hacer una reflexión nosotros mismos porque en definitiva somos los culpables de esta situación al seguir votando a corruptos, miserables, chusma y gentuza de todo pelaje y condición. Mientras el electorado prefiera seguir votando mayoritariamente a sus miembros del hampa de confianza, tampoco creo que avanzaremos mucho y ejemplos hay por toda la geografía española.
Creo que mientras la suma de PP, PSOE y nacionalistas más los despojos de IU, sigan manteniendo juntos holgadamente mayorías absolutas, el futuro no cambiará mucho.
Esta próxima cita electoral tenemos nuevas opciones para todos los gustos que no se quedarán por el camino y esta vez si, según todos los pronósticos, serán determinantes para crear algo nuevo que ahora mismo es toda una incógnita, pero esperaremos al próximo domingo para comprobar que de cierto hay en todas las expectativas creadas o si una vez más se queda todo en agua de borrajas.
La imagen corresponde a una obra del pintor surrealista argentino Antonio Berni que encontré en Trianarts.
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