A estas horas supongo que ya conocerás la última de las innumerables barbaries que los salvajes del Estado Islámico han perpetrado quemando vivo a un piloto jordano que capturaron hace unos meses cerca de la localidad de Raqqa, uno de sus feudos en Siria.
Durante el día de ayer las calles de las principales ciudades de Jordania se llenaron de ciudadanos indignados por este hecho y reclamaron venganza a su gobierno, venganza que se materializó en parte esta mañana al ejecutar a dos terroristas islámicos que tenían retenidos en sus cárceles.
Por la evolución que estamos observando de los acontecimientos, estas ejecuciones van a ser sólo en primer paso de la reacción jordana. Esta mañana cazas y drones sobrevuelan constantemente los feudos yihadistas de Raqqa en Siria y Mosul en Irak, lo que hace suponer que no tardarán en iniciarse bombardeos sobre las bases del Estado Islámico como paso previo a la incursión terrestre.
El rey de Jordania estaba ayer en Washington de visita oficial y junto al presidente norteamericano prometieron redoblar sus esfuerzos para debilitar y acabar con los subseres incivilizados del Estado Islámico, también conocido como Daesh.
Cuando conocí los hechos y la ejecución de los terroristas, pensé que en este caso el principio de acción/reacción no tiene mucha relación con lo que está ocurriendo. De hecho la famosa terrorista ejecutada, fue capturada con un chaleco de explosivos que no pudo detonar porque le falló el sistema, de modo que supongo que le daría igual morir en ese momento o algo después. Los fanáticos no atienden a razones y es imposible dialogar con ellos con los parámetros sociales que entendemos como lógicos en el resto de la civilización.
Cuando aquí la giliprogrez de izquierdas y derechas pretende mimar a este tipo de salvajes al negarse a imponer al menos la cadena perpetua, no vaya a ser que los pobres terroristas islámicos se pasen toda su vida en la cárcel y no tengan otras oportunidades para joderle la vida al resto de ciudadanos de bien.
No entiendo a nuestros dirigentes en Europa. Da la impresión por sus actos que los países occidentales van a solicitar su ingreso próximamente en el Estado Islámico porque no termino de explicarme por qué se permite el mantenimiento del Estado Islámico y demás ramas fundamentalistas en grandes barrios de nuestras ciudades, donde ya sólo rige la sharia, el ejército y la policía ya no entran para no incomodar a los imanes radicales y a sus piaras de descerebrados y poco a poco por la giliprogrez reinante el policorrectismo mal entendido y la estupidez de una clase dirigente vendida desde hace años a los petrodólares y que pretenden convertir al resto de los ciudadanos, a los que en teoría deberían proteger en meros esclavos de los genocidas terroristsas del Golfo Pérsico que financian a todos estos salvajes del Estado Islámico y propagan el odio fundamentalista en todo el resto de la civilización a través de imanes radicales que sólo pretenden imponer la sharia y el islám más radical en nuestras ciudades.
Todo ello está creando un caldo de cultivo muy peligroso porque los ciudadanos se sienten desamparados, sin que nadie los defienda ni proteja y las opciones de extrema derecha están creciendo como la espuma en Occidente. Y para muchos, muy a su pesar, es ya la única opción que tienen para poder mantener nuestra civilización viva sin que la arrasen los fanáticos incivilizados del Estado Islámico y chusmas de similar calaña.
Si hasta hace un tiempo no estaba de acuerdo con la monarquía española, aunque la toleraba y la consideraba un mal menor, el hecho de que se arrastren el rey padre y el rey hijo a rendir pleitesía y a arrodillarse ante los mayores financiadores e instigadores del genocidio, asesinato coletivo, terrorismo y odio, me parece que en un país democrático no tienen razón de ser. Si les gusta tanto esa chusma que se vayan para allá a vivir y que nos dejen en paz a los que no queremos ser esclavos de ese montón de basura.
Estamos en guerra con el fundamentalismo y muchos siguen sin querer darse cuenta. Dorar la píldora a los asesinos y terroristas y a sus principales patrocinadores no nos traerá la paz. Tal como dijo Winston Churchill al referirse a la postura de mirar hacia otro lado y dejar hacer de las potencias occidentales europeas con respecto a Hitler: Os dieron a elegir entre el deshonor o la guera. Elegísteis el deshonor y tendréis la guerra.
Si lo que realmente se pretende es acabar con el fundamentalismo islámico, creo que lo primero que hay que hacer es ponerle las cosas claras a los verdaderos autores de toda esta cadena de genocidios y limpiezas étnicas. Mientras nuestros dirigentes prefieran venderse por contratos y comisiones a la chusma del Golfo Pérsico, todo irá a peor.
Las imágenes las encontré en Europa Press y en Akifrases.
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