Cada 16 de Marzo suelo escribir un pequeño balance del año coincidiendo con la fecha de mi cumpleaños y este 2014 no quería tampoco que se rompiera esta reciente tradición del blog.
En términos generales estos últimos 365 días han sido buenos. Mi familia está muy bien. Se han producido o están a punto de producirse cambios muy significativos que me harán tío de nuevo y todo mi entorno más cercano sigue el curso de la vida sin mayores contratiempos que los habituales, los que sueles tropezarte normalmente en el largo camino de la existencia, pero que se superan sin mayores problemas.
Si el año pasado estaba preocupado por que había ganado peso, este año me empieza a preocupar justo lo contrario. Me mudé de casa a una más grande con un pasillo inmenso y si a la mudanza le unimos las disctancias que me recorro diariamente para hacer lo que antes hacía en un espacio más reducido, empiezo a tener que plantearme seriamente el echarle el ojo a al ropa con dos tallas menos. No es que haya seguido una dieta estricta ni haya iniciado un programa de ejercicios. Ha sido natural. Aunque siempre he sido una persona alta y delgada, los años pasan facturas y las grasas terminan, hagas lo que hagas, acumulándose donde no deberían, pero físicamente siempre me he sentido bien y nunca he tenido dolencias dignas de preocupación. Quizás llevar una vida sana y haber amueblado la cabeza con pensamientos que no me perturben excesivamente, ha ayudado mucho a que me tome las cosas tal como son y no busque lo que no hay ni en el sentido positivo ni en el negativo.
En cuanto al trabajo no me puedo quejar y en el caso de que lo hiciera, sólo podría hacerlo por exceso. Bien es cierto que muchas de las ocupaciones que tengo y que puedes ver y escuchar en Esperantia.com, Radioesperantia.com Bolsa.com y Confusión, son por placer y por hobbie, no dejan de mantenerme ocupado, pero estoy muy contento. Afortunadamente me van llegando recursos para poder vivir sin grandes carencias y el utilizar y consumir lo que realmente necesito y pasar de todo lo que no sirve realmente para nada, me ayuda a mantener un presupuesto doméstico que no sufre excesivamente.
En cuanto a mi otra gran pasión, la música, estoy descubriendo grandes obras, grandes músicos y sonidos realmente fantásticos. Afortunadamente mi ansía de seguir conociendo algo más me permite no estancarme en un único estlo y la evolución lógica sigue su curso en este aspecto. Como se podía leer en uno de los lemas del sello estadounidense Tabu, "En la tierra hay música para quien quiera escucharla", lo único que hay que hacer es descubrirla, pero está ahí.
En definitiva y para no extenderme mucho más, creo que todo va marchando muy bien y cada día que pasa me siento mejor con lo que hago y con la gente que me rodea.
Con el paso de los años voy descubriendo que hay que preocuparse más de lo que merece la pena y menos de lo que no tiene importancia. Estos últimos meses me ha llenado de satisfacción comprobar que soy capaz de hacer mi propio pan y de cultivar mis propias hortalizas. En el caso del pan fue un proceso muy rápido y ya hace más de 4 meses que no compro pan. En el de las hortalizas costó algo más de tiempo, pero en esta nueva casa con una buena ración de sol cada día los primeros tomatitos empiezan ya a dar sus primeros pasos. las zanahorias van por buen camino y los pimientos están tomando también ejemplo.
La primera imagen de un reloj similar al que me ha regalado mi hijo David y que respresenta a uno de los que aparecen en la obra Persistencia de la Memoria o Relojes Blandos de Salvador Dalí con el que el artista ampurdanés intenta reflejar la teoría de la relatividad, la encontré en Excelsior. La segunda corresponde a el alumno más aventajado en mi "plantación" de tomates, junto a sus hermanitos más pequeños. La encontré en mi cámara.
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