Habrás observado que hace tiempo que en el blog no comento nada de política. Para serte sincero estoy ya agotado, hastiado, cansado y harto al observar que nada cambia si no a peor y que vivimos sumergidos en un régimen feudal de corrupción que, como un laberinto diabólico nos impide salir y nos devuelve siempre al mismo lugar, al centro de la nada, de la podredumbre, de la indignación y de la desidia.
Me ha venido a la cabeza estos días la película norteamericana Jakob, the liar, que aquí se tradujo por Ilusiones de un mentiroso. En este largometraje se cuenta la historia de un judío polaco que un día, estando en el gueto, escucha la emisora de radio de unos soldados nazis donde contaban no muy buenas nuevas para el ejército de Hitler. Cuenta a sus amigos las noticias que ha escuchado y creen que había conseguido una radio. Él finge que la tiene y continúa con la mentira.
Aquí el sistema feudal compuesto por todos sus agentes, parásitos, mediocres, vividores y chorizos, que no sólo el Gobierno de Rajoy, lleva décadas fingiendo que tiene una solución y muchos lo siguen creyendo, aunque sea una de las mayores falacias nunca vistas, pero que con el paso de los años ya se ha establecido como dogma de fe: El Gobierno finge que tiene una solución y los ciudadanos aborregados fingen que se lo creen.
La triste realidad es mucho más trágica: una casta de desalmados tiene que mantener un sistema inmenso de pesebreros, parásitos, bienpagados, palmeros e inútiles y familiares varios y para ello no dudan en sacrificar al resto matándolos de hambre o por las enfermedades y dolencias que no pueden curarse en el sistema sanitario del que siguen excluyendo a miles de personas.
De empleo mejor no hablar. Hoy salían los datos de la EPA. Unos datos cojonudos si tenemos en cuenta que muchos españoles han decidido huir del país para dejar de pasar hambre y miseria al que se suman los miles de inmigrantes que han descubierto algo tarde que este es única y exclusivamente el paraíso de la corrupción y no el que les vendían en sus tierras de origen.
Cada día que pasa me arrepiento más de haber estudiado Periodismo. Al rebaño sólo le gusta escuchar ruido y aquello que le cuenta su pastor de confianza. Me identifico mucho con el padre McKenzie de la canción Eleanor Rigby de los Beatles. Siempre preparando su sermón, aún a sabiendas de que no lo va a escuchar nunca nadie.
Quizás con el tiempo todos nos hemos convertido en Eleonoras Rigbys y nos limitamos a soñar con un mundo mejor que sabemos que nunca llegará porque ya hemos llegado a la conclusión de que todas las cartas están marcadas y el régimen lo tiene todo tan bien controlado que sólo pagan los inocentes y los culpables son premiados.
El día que el régimen quiere comunicar algo, echa mano de los periodistas amaestrados que tiene en nómina y nos cuenta las mentiras que ellos creen que estaremos encantados de escuchar.
El día que el régimen quiere comunicar algo, echa mano de los periodistas amaestrados que tiene en nómina y nos cuenta las mentiras que ellos creen que estaremos encantados de escuchar.
La película Ilusiones de un mentiroso se estrenó el año 1999 y la protagonizó Robin Williams. Es un remake de Jakob, the liar, producción alemana de 1975.
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