Todavía no repuesto de la absurda polémica que se organizó ayer en Gran Hermano por la expulsión de una concursante por realizar comentarios sobre ETA, hecho que colocó a la cadena como TT en Twitter, aunque con una etiqueta poco recomendable, hoy nos despertamos con otro de esos temas que se han colocado como principal motivo de comentario: a un tío que fue portavoz del Gobierno lo pillan con una tasa de alcoholemia superlativa conduciendo su coche. el resto ya te lo imaginas: un país que eleva a la categoría de noticia bomba las gilipollces más intrascendentes que puedas pensar, mientras la mayoría de la población hace cola en comedores sociales para poder echarse algo a la boca y otra parte busca su sustento en los contenedores de basura.
Los policías municipales que le dejaron la nota al vehículo accidentado da la impresión que se entrenaron en aquella convocatoria de la Policía de Las Palmas de Gran Canaria en la que la prueba de ortografía no la pasó casi ninguno de los opositores.
Pero, mira, cada cual que vea lo que quiera y que cada uo se coma las haches que le apetezca. Con una salsita bien condimetana no está nada mal.
Hoy me quedo con lo que considero que ha sido uno de los temas más importantes, la presentación de un robot revolucionario que interactúa como una mosca, tiene su misma apariencia y es el principio de una senda que nos llevará, si no lo está haciendo ya, a un mundo donde la nanotecnología reinará sobre todas las cosas.
El robot es una creación del departamento de Ingeniería Aplicada de la universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, justo en el lugar donde detuvieron al segundo asesino del atentado del maratón de Boston. En la revista Science han publicado una extensa explicación sobre lo que supone la presentación de este diminuto robot.
Imagínate el partido que se le puede sacar a un robot del tamaño de una mosca para salvar vidas en catástrofes naturales, para escudriñar en entornos diminutos y para facilitar información útil sobre lo que ocurre en lugares a donde el ser humano no puede llegar por sus dimensiones.
Ahora, ponte en lo peor e imagina este significativo avance en la miniaturización robótica empleado para hacer el mal. Lo de siempre: la mitad de la humanidad luchando para salvar vidas y la otra mitad para eliminarlas. Es nuestro triste sino.
Te dejo con el vídeo que es realmente espectacular.
La imagen la encontré en la página web de la universidad de Harvard y el vídeo en Youtube.
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