Hace unas cuantas semanas la Sexta estrenó el programa Pesadilla en la cocina que presenta el famoso chef español Alberto Chicote. Conocía las versiones americanas de este reality que enfrenta a prestigiosos cocineros con retos que en algunos casos parecen imposibles.
Cada episodio está cortado por el mismo patrón y lo único que varía son los personajes secundarios que acompañan al verdadero protagonista, en la versión española, Alberto Chicote. Restaurante caótico con problemas, cocinero experto que llega en su ayuda, clímax, tensión y final feliz. Me imaginaba que podría ser una burda copia del original americano, pero me equivoqué.
Me recordó mucho al programa Valor y Coraje de TVE en el que estuve trabajando durante una temporada.
No sé por qué, pero desde que vi el primer programa me enganché. Quizás por la paticularidad de los personajes que aparecen y por la típica idiosincrasia española a la hora de acometer cualquier negocio, desde los primeros minutos, pensé que iba a pasar buenos ratos con el bueno de Chicote.
Tal como funcionamos en España, la idea podría evolucionar hacia Pesadilla en la fábrica, Pesadilla en el concesionario, Pesadilla en el banco, Pesadilla en el ayuntamiento, etc. Y tal como se está poniendo la crisis, Pesadilla bajo el puente. Este país da para muchas pesadillas, más incluso de las que podemos imaginar.
Si quieres pasar un buen rato, creo que es un programa ideal para olvidarse de todo. No obstante, hoy 3 de Diciembre de 2012, el balance de Chicote reflotando restaurantes no es nada prometedor. De 6 capítulos con 6 restaurantes con problemas, 2 han cerrado ya, y uno ha cambiado de nombre.
Aunque no creo que sea culpa del chef. En el apartado de la audiencia está batiendo récord tras récord y no hay semana que baje de los 3 millones de espectadores.
A mi el programa me gusta y como se puede ver a cualquier hora, gracias a Internet, pues miel sobre hojuelas.
Puedes ver online todos los programas en la página de la cadena. No te pierdas el correspondiente al 22 de Noviembre dedicado al mesón Castro de Lugo. Los personajes que aparecen son el paradigma del surrealismo.
La imagen fija de la cabecera la encontré en Telesmash.
1 comentario:
Jajajja, genial entrada y reflexión.
Con el jujaneo que hay en este país sobra material humorístico y denunciable. Eso es material que se puede comercializar y vender.
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