Llevamos varias semanas con la espada de Damocles del rescate sobre nuestras cabezas, la situación económica empeora por momentos y cada semana se anuncia una nueva fecha para ese momento en el que seremos rescatados y redimidos de unos cuantos de nuestros pecados de deuda, pero nunca termina por llegar.
Se parece ya demasiado al famoso cuento del pastorcillo mentiroso y el lobo: siempre engañando a sus colegas sobre la llegada del cánido, pero nunca llega. Hasta que el día menos pensado aparece de improviso y nadie lo tiene en cuenta.
Esta pasada semana conocimos otro demoledor dato que no hace sino colocar otro clavo en el ataúd económico español: el IPC, pese al bajo consumo sigue subiendo imparable y se coloca ya por encima del 3%, una cifra envenenada para el Gobierno porque a final de año tendrá que tomar estos datos como referencia para la subida de las pensiones. Unos miembros del Gabinete dicen que sí se subirá, aunque otros no se muestran tan optimistas.
Los presupuestos para el año 2013 nacieron enfermos desde el mismo momento de su presentación, porque, tomar como previsiones unos datos de crecimiento que no firmarían ni los más optimistas y dedicar un buen pedazo a pagar más y más deudas, en unas cuentas generales que ya asumen un nuevo déficit, no es como para lanzar cohetes.
En la calle, el ciudadano anda desanimado y perdido en un maremagnun de datos negativos y sin ganas de lucha. En general los grandes partidos pasan olímpicamente de los ciudadanos y cada día vemos más colas en todo lo susceptible de generar una fila india: paro, comedores sociales, listas de espera sanitarias, etc.
Pero luego observas las encuestas de intención de voto de las próximas elecciones en tres comunidades autónomas y da la impresión que, con ligeras variaciones, que podríamos seguir matizando, van a salir prácticamente composiciones muy parecidas a las actuales, salvo en el País Vasco, lugar donde, el hartazgo de la ciudadanía por el PP/PSOE, va a darle el poder, a los nacionalistas.
Es en estos momentos cuando te preguntas ¿a qué aspira realmente la gente? ¿Por qué ese masoquismo secular? ¿Por qué no se intenta cambiar algo de verdad y no seguir con esta agonía año tras año, lustro tras lustro, década tras década?
No tengo la respuesta, desde luego, pero lo que si tengo cada día que pasa, menos ganas de involucrarme en nada que tenga que ver con el politiqueo, el mercadeo de votos, de escaños de promesas incumplidas y de estafas continuadas a los ciudadanos.
La ameba de Rajoy que ahora es el encargado de pernoctar en la Moncloa todavía no se sabe qué es lo que quiere hacer con esta legislatura. Prometió una serie de medidas al llegar al poder y no ha cumplido ni una. A sus no votantes que ya estaban cabreados por lo que intuían que iba a pasar, se le han unido sus propios votantes que siguen sin entender para qué tiene mayoría absoluta holgada sin no hace más que dar tumbos en un tema tras otro.
A todo esto la onerosa y elefantíasica estructura del Estado sigue intacta y no se recorta ni un euro en ese despilfarro. Hasta ahora lo único que ha hecho Rajoy ha sido subir los impuestos y los precios y reducir los sueldos y los derechos, al margen de indultar a un buen montón de colegas políticos.
Los días pasan, las semanas siguen su curso, llegan los meses y aquí seguimos todos en las mismas o incluso peor
La imagen la encontré en United Explanations.
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