Debo reconocer que me ha sorprendido la noticia que conocíamos esta misma mañana de la dimisión de la presidenta del Partido Popular de Madrid y de la comunidad madrileña.
Tampoco ha trascendido mucho más de lo que nos ha contado en su alocución, sin embargo, se puede intuir que Aguirre ha decidido pasar los últimos años de su vida dedicándose mucho más a su familia en detrimento de los cuerpo a cuerpo políticos a los que se venía enfrentando desde hacía varias décadas y mucho más tras su elección como presidenta de la Comunidad.
Llama la atención igualmente que la dimisión de uno político, por las razones que sean, se convierta en un tema omnipresente en todos los medios. Está claro que era una de las primeras espadas del PP, pero para mi gusto, se le está dando excesiva notoriedad.
Ahora, tras su marcha, surgen nuevos interrogantes a los que ya teníamos pendientes. No sabemos quién será su sucesor al frente de la Comunidad, ni tampoco quien la sucederá al frente del partido en Madrid.
Esperanza Aguirre para mi ha sido uno de esos personajes que no me han llamado tanto la atención, como parece que le ha ocurrido a buena parte del resto. Es una mujer con coraje que ha defendido sus ideas con uñas y dientes de princpio a fin y eso le honra, pero quizás por el hecho de que su forma de ver la vida es tan distinta a la mía, tampoco le he prestado mucha atención.
Esperamos que a partir de ahora pueda disfrutar de una vida plena y feliz con los suyos.
La imagen de Esperanza Aguirre la encontré en El Mundo.
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