lunes, 12 de diciembre de 2011

La corrupción sigue presidiendo la actualidad en España

Tal como te he comentado en anteriores entradas estoy ahora bastante liadillo con una nueva etapa profesional que estoy comenzando y entre unas cosas y otras no tengo apenas tiempo para dedicarlo al blog.

No obstante sigo por aquí pendiente de la actualidad y cada día que pasa estoy más estupefacto con las noticias que van llegando.

Tenemos al señor Urdangarín por un lado llevándose la pasta a destajo y acusando a los medios que denuncian este tipo de prácticas. Esta actitud ya dice mucho de lo que estamos padeciendo en España, en donde delitos, estafas, robos y demás latrocinios son vistos de un modo u otro dependiendo del sujeto que los perpetra y ejemplos por estos lares tenemos a cientos.

En Canarias también tenemos nuestro caso particular de corrupción para llevarnos a la boca este mes de Diciembre. El enorme latrocinio de Las Teresitas escandalizaría a cualquiera, pero como hay políticastros por medio y los medios de comunicación amaestrados del archipiélago prefieren callar, ocultar o mirar para otro lado, lejos de terminar entre rejas, no me extrañaría nada que los premiaran con el premio Canarias o algo similar.

El diario El Mundo sigue ofreciéndonos perlas sobre el inconcluso caso del 11-M. Las informaciones ponen cada hora que pasa más en entredicho la versión oficial. Tal como está el patio he preferido ser muy prudente sobre los nuevos datos, pero creo que empiezan a horadarse algunos baluartes que mantenían el tema en un punto muerto. Habrá que esperar todavía algún tiempo para que la justicia se pronuncie sobre las querellas interpuestas por los abogados de Jamal Zougan, para ver si se reabre el caso o se deja tal como está.

He leído la sentencia varias veces y sigo sin tener claro quién fue el responsable del atentado. La argumentación del dictamen judicial está tan cogido con pinzas que no hace más que plantear nuevas incógnitas.

Estas nuevas revelaciones son sólo para los que no tenemos claro lo que ocurrió. Aquellos que desde el primer momento tuvieron todo claro, lo saben todo sobre lo acontecido y no albergan ninguna duda, pueden estar tranquilos.

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