Tal día como hoy hace ya 20 años se produjo la triste noticia de la muerte del genial trompetista de jazz Miles Davis.
Recuerdo que me enteré casi por casualidad. Internet no era más que un embrión de lo que llego a ser y por aquel entonces tenías que informarte a través de los medios de comunicación tradicionales. No quedaba otra.
Como Miles Davis tampoco era muy habitual en las páginas del corazón nauseabundas, el diario en el que me enteré le dedicó un cuarto de columna al final de una página par.
Sabía que su salud se había agravado en los últimos meses, pero al no tener noticias, supuse que pronto lo veríamos con un nuevo disco.
Ese verano terminó de grabar su último álbum Doo Boop, pero ni siquiera pudo completar todas las pistas que se pueden encontrar en ese trabajo.
Dos de los temas, High Speed Chase y Fantasy, tuvieron que completarse con las grabaciones realizadas en los ensayos.
Fue uno de esos músicos que me llenaron plenamente y que nunca me defraudaron. Cada uno de sus trabajos era diferente y, tal como él solía decir, cuando terminaba algo, pensaba en el siguiente sin mirar atrás.
Tuve la gran suerte de verlo en directo en dos ocasiones: la primera en Las Palmas de Gran Canaria en un festival de Jazz, creo que en el año 85, 86, 87, no recuerdo ahora mismo exactamente. Y la otra en el North Sea Festival en Holanda, pocos meses antes de morir.
Un excepcional músico que revolucionó la música de jazz de principio a fin y puso las primeras piedras de todo lo que conocemos después.
Como en aquella época no tenía Internet y mucho menos tenía blog, permíteme que le rinda este pequeño homenaje justo hoy cuando se cumplen exactamente 20 años de su muerte. Como digo habitualmente en el programa Confusión, Miles Davis cometió sólo un grave error a lo largo de su vida: morirse.
No te voy a contar mucho más de su completa biografía y discografía porque puedes leerla completamente en la Wikipedia o en Allmusic.
Te dejo con esta excepcional grabación de Bitches Brew de 1969.
La imagen la encontré en Rouse Family.
Recuerdo que me enteré casi por casualidad. Internet no era más que un embrión de lo que llego a ser y por aquel entonces tenías que informarte a través de los medios de comunicación tradicionales. No quedaba otra.
Como Miles Davis tampoco era muy habitual en las páginas del corazón nauseabundas, el diario en el que me enteré le dedicó un cuarto de columna al final de una página par.
Sabía que su salud se había agravado en los últimos meses, pero al no tener noticias, supuse que pronto lo veríamos con un nuevo disco.
Ese verano terminó de grabar su último álbum Doo Boop, pero ni siquiera pudo completar todas las pistas que se pueden encontrar en ese trabajo.
Dos de los temas, High Speed Chase y Fantasy, tuvieron que completarse con las grabaciones realizadas en los ensayos.
Fue uno de esos músicos que me llenaron plenamente y que nunca me defraudaron. Cada uno de sus trabajos era diferente y, tal como él solía decir, cuando terminaba algo, pensaba en el siguiente sin mirar atrás.
Tuve la gran suerte de verlo en directo en dos ocasiones: la primera en Las Palmas de Gran Canaria en un festival de Jazz, creo que en el año 85, 86, 87, no recuerdo ahora mismo exactamente. Y la otra en el North Sea Festival en Holanda, pocos meses antes de morir.
Un excepcional músico que revolucionó la música de jazz de principio a fin y puso las primeras piedras de todo lo que conocemos después.
Como en aquella época no tenía Internet y mucho menos tenía blog, permíteme que le rinda este pequeño homenaje justo hoy cuando se cumplen exactamente 20 años de su muerte. Como digo habitualmente en el programa Confusión, Miles Davis cometió sólo un grave error a lo largo de su vida: morirse.
No te voy a contar mucho más de su completa biografía y discografía porque puedes leerla completamente en la Wikipedia o en Allmusic.
Te dejo con esta excepcional grabación de Bitches Brew de 1969.
La imagen la encontré en Rouse Family.
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