No sé si comenzar este texto con la consabida frase de la actualidad manda, pero a grandes rasgos es lo que ha ocurrido en los medios desde esta pasada madrugada. Japón, el terremoto, el tsunami y la crisis nuclear presidían todas y cada una de las cabeceras en Internet y en papel, pero hete aquí que tras la resolución de la ONU que va a permitir atacar Libia, las noticias han cambiado de importancia.
Aunque algunos no pierden ni una sola oportunidad para hacer el ridículo.
Durante la crisis japonesa, Libia era relegada a un tercer o cuarto lugar en los medios, que supongo vieron en Asia un nuevo filón. Algunas redacciones se pusieron el mono de la indecencia y pugnaban por ofrecer el mayor escenario apocalíptico posible, aunque la realidad distaba mucho de parecérsele.
A pesar del dolor, del desastre y del mazazo sufrido, los japoneses, lejos de exteriorizar su angustia, aparecían serenos, disciplinados y estoicos, algo que no casaba muy bien con las informaciones apocalípticas que nos hacían llegar los medios amarillistas.
A partir de ahora, el mundo deja a Japón que se ocupe de sus problemas y hay otro nuevo foco de interés para los medios. Libia sube varios puestos en importancia y ocupa de nuevo el Top. De nada sirve que en Costa de Marfil, la guerra civil abierta se haya llevado por delante más de 50.000 personas en los últimos días o que en Bahrein el genocida al mando, siga masacrando a los que buscan la libertad. En Yemen se ha declarado el estado de emergencia. Ahora toca Libia y el resto de noticias pasan al banquillo de los suplentes.
Pero por encima de todas las noticias, no se puede hablar, por intenciones que desconozco, del triunfo de una revolución social que ha tenido lugar en Islandia, donde los ciudadanos han metido en la cárcel a los que los metieron en la crisis, les robaron y mataron todas las ilusiones y se han negado a seguir las directrices del FMI. ¡Ójala llegara pronto aquí a España!
La imagen de unos rebeldes libios luchando contra las fuerzas de Gadafi, la encontré en SDP noticias.
Aunque algunos no pierden ni una sola oportunidad para hacer el ridículo.
Durante la crisis japonesa, Libia era relegada a un tercer o cuarto lugar en los medios, que supongo vieron en Asia un nuevo filón. Algunas redacciones se pusieron el mono de la indecencia y pugnaban por ofrecer el mayor escenario apocalíptico posible, aunque la realidad distaba mucho de parecérsele.
A pesar del dolor, del desastre y del mazazo sufrido, los japoneses, lejos de exteriorizar su angustia, aparecían serenos, disciplinados y estoicos, algo que no casaba muy bien con las informaciones apocalípticas que nos hacían llegar los medios amarillistas.
A partir de ahora, el mundo deja a Japón que se ocupe de sus problemas y hay otro nuevo foco de interés para los medios. Libia sube varios puestos en importancia y ocupa de nuevo el Top. De nada sirve que en Costa de Marfil, la guerra civil abierta se haya llevado por delante más de 50.000 personas en los últimos días o que en Bahrein el genocida al mando, siga masacrando a los que buscan la libertad. En Yemen se ha declarado el estado de emergencia. Ahora toca Libia y el resto de noticias pasan al banquillo de los suplentes.
Pero por encima de todas las noticias, no se puede hablar, por intenciones que desconozco, del triunfo de una revolución social que ha tenido lugar en Islandia, donde los ciudadanos han metido en la cárcel a los que los metieron en la crisis, les robaron y mataron todas las ilusiones y se han negado a seguir las directrices del FMI. ¡Ójala llegara pronto aquí a España!
La imagen de unos rebeldes libios luchando contra las fuerzas de Gadafi, la encontré en SDP noticias.
1 comentario:
Nos cuentan lo que quieren o interesa,eso hace que uno se preocupe.
Vamos a ver en que acaba lo de Libia, que no tiene muy buena pinta.
Un Saludo
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