Quiero escribir algunas líneas llenas de esperanza y optimismo sobre estos dos nuevos países que, cansados de ladrones, truhanes, miserables y asesinos, han decidido dar el paso definitivo y abrazar la democracia.
Visto así, suena muy bien, pero tendrán que pasar varios meses, si no, años para que empiecen a ver algo de luz en la situación de sus respectivos países, que parten de cero en la senda democrática y todavía tendrán que atravesar duras transiciones para que los cambios que todos desean sean efectivos.
A la actitud rastreras de los gobiernos occidentales para con sus dictadores, le sucede ahora el aplauso con las orejas de líderes de medio mundo que hasta hace menos de dos meses estaban amamantando a los sátrapas que ahora han tenido que huir a otros lares menos democráticos para seguir subsistiendo con el fruto de sus latrocinios.
Es de esperar que este complicado tránsito a un nuevo mundo, sea bienvenido por todos, tutelado, apoyado y defendido a ultranza porque los pueblos, desde el primero hasta el último, merecen vivir en libertad y paz, sin que oscuros intereses manchen de sangre y horror el presente y futuro de las mayorías.
En estas nacientes democracias debe prevalecer la razón y exluir a los fundamentalistas que no buscan más que instaurar dictaduras religiosas que no se diferencian en nada a las que acaban de derrocar. Es sumamente complejo dejar fuera a formaciones políticas en una verdadera democracia, y creo que sería bueno que incluso los fundamentalistas pudieran presentarse en igualda de condiciones a las eleciones. La clave está en el electorado en saber elegir de una vez por todas si quieren entrar de lleno en la democracia o lo que buscaban era sólo cambiar de una dictadura a otra.
De los cinco países del norte de África ya han caído dos. Túnez fue el primero y ahora Egipto. Sólo quedan otras tres dictaduras para completar el pleno. Argelia, Marruecos y Libia. Regímenes que tarde o temprano seguirán los mismos derroteros que sus vecinos. Desde nuestro humilde blog los apoyaremos y les daremos la bienvenida al nuevo mundo. Algo que intuyo sucederá a lo largo de este 2011.
Algo que no termino muy bien de entender por el momento es por qué si en Túnez ha triunfado la revuelta y todo indica que la senda de la democracia está comenzando a ser transitada, miles de jóvenes han decidido huir del país y buscar su futuro en Europa. A la isla italiana de Lampedusa están llegando miles de barcos con refugiados a diario y ya están empezando a complicarles las cosas a las autoridades locales.
Ahora que ya han conseguido lo más difícil ¿por qué no apuestan por su tierra, su país y sus conciudadanos y luchan todos a una para sacar adelante el país? No tengo ni idea, pero sigo intentando buscarle una explicación lógica al tema.
Estos días, con los casos de Túnez y ahora de Egipto, no he dejado de pensar en el año 2012. En ese fin del mundo anunciado por muchos y que aparece en las profecias mayas. Quizás no estén tan desencaminados y realmente tengamos a la postre un fin del mundo el próximo 2012 y no sea todo un conjunto de paparruchas de magufos. Quiás no sea un fin del mundo con cataclismos, fuego, diluvios, terremotos y tsunamis, pero el hecho de que cambie para bien la mentalidad de millones y millones de seres humanos que buscan la libertad, la democracia y el sentido común, me parece un fin del mundo bastante aceptable.
Los amantes de los clásicos días del fin del mundo, tampoco deben entristecerse mucho porque hay anunciados otros dos en 2029 y 2036, cuando el asteroide Apofis pase cerca de la tierra y la luna. Los agoreros tendrán que afinar algo más sus profecias porque según los científicos, existe una posibilidad entra varios millones de que el impacto llegue a producirse.
De hecho el fin del mundo ha comenzado ya para Túnez y Egipto. Han finalizado su oscuro mundo y han iniciado el camino en otro. Es posible que el resto de países árabes hagan lo propio y nos encontremos a partir de 2013 en un nuevo mundo, en donde nada sea igual a lo que hemos conocido y la justicia social venza por goleada en cada rincón del mundo a los sátrapas, estafadores, ladrones, asesinos y miserables que han estado masacrando a cientos de miles o millones de seres humanos.
Por deseos, desde luego que no quede. A pesar de todo sigo pensando que en armonía, en paz y relacionándonos del modo más fructífero entre todos, los seres humanos podemos hacer mucho más habitable este mundo y seguir avanzando juntos escribiendo nuestro presente y nuestro futuro.
La imagen de la plaza Tahrir, símbolo de la revolución, la encontré en El Mundo.
Visto así, suena muy bien, pero tendrán que pasar varios meses, si no, años para que empiecen a ver algo de luz en la situación de sus respectivos países, que parten de cero en la senda democrática y todavía tendrán que atravesar duras transiciones para que los cambios que todos desean sean efectivos.
A la actitud rastreras de los gobiernos occidentales para con sus dictadores, le sucede ahora el aplauso con las orejas de líderes de medio mundo que hasta hace menos de dos meses estaban amamantando a los sátrapas que ahora han tenido que huir a otros lares menos democráticos para seguir subsistiendo con el fruto de sus latrocinios.
Es de esperar que este complicado tránsito a un nuevo mundo, sea bienvenido por todos, tutelado, apoyado y defendido a ultranza porque los pueblos, desde el primero hasta el último, merecen vivir en libertad y paz, sin que oscuros intereses manchen de sangre y horror el presente y futuro de las mayorías.
En estas nacientes democracias debe prevalecer la razón y exluir a los fundamentalistas que no buscan más que instaurar dictaduras religiosas que no se diferencian en nada a las que acaban de derrocar. Es sumamente complejo dejar fuera a formaciones políticas en una verdadera democracia, y creo que sería bueno que incluso los fundamentalistas pudieran presentarse en igualda de condiciones a las eleciones. La clave está en el electorado en saber elegir de una vez por todas si quieren entrar de lleno en la democracia o lo que buscaban era sólo cambiar de una dictadura a otra.
De los cinco países del norte de África ya han caído dos. Túnez fue el primero y ahora Egipto. Sólo quedan otras tres dictaduras para completar el pleno. Argelia, Marruecos y Libia. Regímenes que tarde o temprano seguirán los mismos derroteros que sus vecinos. Desde nuestro humilde blog los apoyaremos y les daremos la bienvenida al nuevo mundo. Algo que intuyo sucederá a lo largo de este 2011.
Algo que no termino muy bien de entender por el momento es por qué si en Túnez ha triunfado la revuelta y todo indica que la senda de la democracia está comenzando a ser transitada, miles de jóvenes han decidido huir del país y buscar su futuro en Europa. A la isla italiana de Lampedusa están llegando miles de barcos con refugiados a diario y ya están empezando a complicarles las cosas a las autoridades locales.
Ahora que ya han conseguido lo más difícil ¿por qué no apuestan por su tierra, su país y sus conciudadanos y luchan todos a una para sacar adelante el país? No tengo ni idea, pero sigo intentando buscarle una explicación lógica al tema.
Estos días, con los casos de Túnez y ahora de Egipto, no he dejado de pensar en el año 2012. En ese fin del mundo anunciado por muchos y que aparece en las profecias mayas. Quizás no estén tan desencaminados y realmente tengamos a la postre un fin del mundo el próximo 2012 y no sea todo un conjunto de paparruchas de magufos. Quiás no sea un fin del mundo con cataclismos, fuego, diluvios, terremotos y tsunamis, pero el hecho de que cambie para bien la mentalidad de millones y millones de seres humanos que buscan la libertad, la democracia y el sentido común, me parece un fin del mundo bastante aceptable.
Los amantes de los clásicos días del fin del mundo, tampoco deben entristecerse mucho porque hay anunciados otros dos en 2029 y 2036, cuando el asteroide Apofis pase cerca de la tierra y la luna. Los agoreros tendrán que afinar algo más sus profecias porque según los científicos, existe una posibilidad entra varios millones de que el impacto llegue a producirse.
De hecho el fin del mundo ha comenzado ya para Túnez y Egipto. Han finalizado su oscuro mundo y han iniciado el camino en otro. Es posible que el resto de países árabes hagan lo propio y nos encontremos a partir de 2013 en un nuevo mundo, en donde nada sea igual a lo que hemos conocido y la justicia social venza por goleada en cada rincón del mundo a los sátrapas, estafadores, ladrones, asesinos y miserables que han estado masacrando a cientos de miles o millones de seres humanos.
Por deseos, desde luego que no quede. A pesar de todo sigo pensando que en armonía, en paz y relacionándonos del modo más fructífero entre todos, los seres humanos podemos hacer mucho más habitable este mundo y seguir avanzando juntos escribiendo nuestro presente y nuestro futuro.
La imagen de la plaza Tahrir, símbolo de la revolución, la encontré en El Mundo.
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