Comienza oficialmente la Navidad en España con el sorteo extraordinario de la Lotería del 22 de Diciembre de cada año. No suelo participar en este sorteo y este 2010 tampoco quería romper la tradición, aunque el otro día al comprar una Primitiva me regalaron un calendario de 2011 con una participación de 0,12 euros en un número, concretamente el 39.827.
Aunque echando cuentas, en el caso de que tocara el premio gordo sólo pillaría 1.800 euros, por lo que tendría que seguir aguantando al malvado director de Crónicas de Esperantia y a sus pérfidos editores:-))
Este año se siguen sucediendo como un reloj toda la colección de tópicos y la macedonia de obviedades de cada sorteo navideño. Este año he observado que los uniformes de los niños de San Ildefonso se los diseña su peor enemigo. Esas faldas plisadas y las medias a juego de las niñas cantoras estaban ya pasadas de moda hace 50 años.
Algo que me sigue alucinando cada nuevo sorteo navideño es la exagerada veneración que se tiene por los niños. Si salen unos 30 para cantar premios y números y se agrupan de cuatro en cuatro para las extracciones, es lógico, matemático y de perogrullo que uno de esos cuartetos sea el encargado de cantar el premio gordo.
Sin embargo, una vez que ocurre, el trato que les dan es como si hubieran descubierto la vacuna contra el cáncer o algo parecido, cuando lo único que ha sucedido es que la lógica ha impuesto una vez más sus reglas matemáticas. Lo verdaderamente llamativo sería que cantara el gordo un pastor de ovejas de los Pirineos o una costurera de Milwaukee.
¡Suerte a todos los que participen y mucha más a áquellos que verdaderamene necesiten el dinero en estos tiempos tan difíciles que nos está tocando vivir! Aquí te dejo este complemento donde podrás verificar si la suerte te ha tocado con su varita mágica:
Aunque echando cuentas, en el caso de que tocara el premio gordo sólo pillaría 1.800 euros, por lo que tendría que seguir aguantando al malvado director de Crónicas de Esperantia y a sus pérfidos editores:-))
Este año se siguen sucediendo como un reloj toda la colección de tópicos y la macedonia de obviedades de cada sorteo navideño. Este año he observado que los uniformes de los niños de San Ildefonso se los diseña su peor enemigo. Esas faldas plisadas y las medias a juego de las niñas cantoras estaban ya pasadas de moda hace 50 años.
Algo que me sigue alucinando cada nuevo sorteo navideño es la exagerada veneración que se tiene por los niños. Si salen unos 30 para cantar premios y números y se agrupan de cuatro en cuatro para las extracciones, es lógico, matemático y de perogrullo que uno de esos cuartetos sea el encargado de cantar el premio gordo.
Sin embargo, una vez que ocurre, el trato que les dan es como si hubieran descubierto la vacuna contra el cáncer o algo parecido, cuando lo único que ha sucedido es que la lógica ha impuesto una vez más sus reglas matemáticas. Lo verdaderamente llamativo sería que cantara el gordo un pastor de ovejas de los Pirineos o una costurera de Milwaukee.
¡Suerte a todos los que participen y mucha más a áquellos que verdaderamene necesiten el dinero en estos tiempos tan difíciles que nos está tocando vivir! Aquí te dejo este complemento donde podrás verificar si la suerte te ha tocado con su varita mágica:
1 comentario:
Mucha suerte a los que lo estén pasando mal.
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