Llega el mes de agosto con su calorcito, su sociedad al ralentí, sus serpientes de verano, sus ligues exprés y el resto de esas cositas que hacen que el octavo mes, el más caluroso del año, al menos por estos lares, sea algo diferente.
En el blog nos tomaremos estos treinta días con algo más de calma y los viviremos con mucha mas tranquilidad que el resto del año. Habrá menos entradas, menos opiniones y poco movimiento, al menos por mi parte.
No obstante, si surge algo interesante o llamativo digno de hincarle el diente, ahí estaremos para aportar nuestro granito de arena.
El mes de agosto nos servirá además para ver los partidos de preparación de la selección española de baloncesto que intentará defender el título que conquistó hace cuatro años en Japón. Fernando Alonso seguirá intentando remontar los puntos que le separan de su tercer campeonato del mundo de Fórmula 1, y poco a poco lo va consiguiendo, aunque la suerte buena y mala va repartiéndose cada gran premio.
En tenis Nadal volverá a aparecer en los dos torneos americanos previos al Open USA y ahí podremos apreciar si se está produciendo un cambio de caras en los Top Ten o los resultados que han cosechado algunos tenistas ilustres han sido sólo un accidente.
Aunque parezca increíble, en fútbol, al margen de torneos veraniegos y demás noticias, no tendremos competición hasta mediados de mes, con la disputa de la supercopa. El 29 ya llegarán de nuevo los goles, los penaltis no pitados, las críticas, etc. No desesperes que ya queda muy poco.
Como me he visto obligado a sintonizar de nuevo la TDT en el ordenador para ver algunos partidos de basket, fútbol o tenis y el Tour y la Fórmula 1, me he dado cuenta del lamentable panorama que existe ahora mismo en la televisión.
Supongo que el común de los mortales no será tan exageradamente masoca como para tragarse unos contenidos tan vomitivos. En medio de las retransmisiones, si no avisan con algo de tiempo, corres el riesgo de ver algunas perlas de la zafiedad, la caspa, la idiocia y la nada más absoluta.
El otro día imaginé a la televisión como un ser antropomórfico que trabajaba en una especie de charcutería. En sus manos tenía uno de esos instrumentos para cortar los fiambres. La gente hacía cola para que la televisión con forma humana los cogiera por los hombros, los metiera en la maquinita y les loncheara el cerebro. Supongo que en las televisiones más cutres tendrán incluso cerebros ya loncheados en bandejas para no tener que esperar.
Aunque en realidad los que se acercaban estaban inmolando sus cerebros como extremo sacrificio de lealtad, fidelidad y entrega a no sé bien qué, porque con el tipo de contenidos que hay ahora mismo, sólo inducen al vómito incesante.
Cuando pienso estas cosas, me compadezco de aquellos pobres individuos que tiran su vida a la basura viendo horas y horas ese artefacto demoníaco donde sólo aparece lo más cutre y casposo de la actualidad más infecta.
Hace tiempo que dejé de ver la televisión. De hecho el cambio a la televisión digital me vino de coña porque ahora ya ni siquiera tengo un aparato. Si quiero vel algo puntual, uso el sintonizador USB, veo lo que me interesa y después lo apago.
¡Ah! y desengáñate si eres de los que te pasas la vida cambiando de canal. Por muchas horas que pases dándole al botoncito, nunca emitirán nada que merezca la pena. Nunca.
El colmo de los colmos es que aquí en España tenemos que pagar la bazofia a precio de oro. Hay que mantener a todos los pesebreros del reino y qué mejor pesebre que las televisiones públicas para repartir el dinero de todos entre los más casposos.
Las televisiones privadas hacen lo mismo, pero se juegan su dinero y pueden hacer con él lo que más les convenga.
¡La cantidad de buenos libros que se quedarán sin leer este verano!
Actualización: Esta entrada la menearon en Menéame, valga la posible redundancia, y al entar observé un detalle curioso. ¿Sabes qué tipo de publicidad considera Google que es la más apropiada para este post? Ni te lo imaginas. Un curso para aprender a cortar jamón ibérico, tal como puedes ver en la captura de pantalla. Bueno y ahora ¿qué hago yo estando tan bien posicionado en cuchillos jamoneros y en al arte de cortar el pata negra?
Me pareció doblemente sorprendente porque en la entrada, si te fijas, hay palabras como televisión, fútbol, baloncesto, fórmula 1, deportes en general, que lógicamente son mucho más buscadas por la gente en general, pero ninguna de esas dio con la clave. Fueron los cuchillos jamoneros y sus cursos los que finalmente se llevaron el gato al agua.
No pierdo mucho tiempo como CEO del blog, más bien ninguno, pero de vez en cuando te llevas sorpresitas.
La bonita imagen la encontré en El Lotófago.
En el blog nos tomaremos estos treinta días con algo más de calma y los viviremos con mucha mas tranquilidad que el resto del año. Habrá menos entradas, menos opiniones y poco movimiento, al menos por mi parte.
No obstante, si surge algo interesante o llamativo digno de hincarle el diente, ahí estaremos para aportar nuestro granito de arena.
El mes de agosto nos servirá además para ver los partidos de preparación de la selección española de baloncesto que intentará defender el título que conquistó hace cuatro años en Japón. Fernando Alonso seguirá intentando remontar los puntos que le separan de su tercer campeonato del mundo de Fórmula 1, y poco a poco lo va consiguiendo, aunque la suerte buena y mala va repartiéndose cada gran premio.
En tenis Nadal volverá a aparecer en los dos torneos americanos previos al Open USA y ahí podremos apreciar si se está produciendo un cambio de caras en los Top Ten o los resultados que han cosechado algunos tenistas ilustres han sido sólo un accidente.
Aunque parezca increíble, en fútbol, al margen de torneos veraniegos y demás noticias, no tendremos competición hasta mediados de mes, con la disputa de la supercopa. El 29 ya llegarán de nuevo los goles, los penaltis no pitados, las críticas, etc. No desesperes que ya queda muy poco.
Como me he visto obligado a sintonizar de nuevo la TDT en el ordenador para ver algunos partidos de basket, fútbol o tenis y el Tour y la Fórmula 1, me he dado cuenta del lamentable panorama que existe ahora mismo en la televisión.
Supongo que el común de los mortales no será tan exageradamente masoca como para tragarse unos contenidos tan vomitivos. En medio de las retransmisiones, si no avisan con algo de tiempo, corres el riesgo de ver algunas perlas de la zafiedad, la caspa, la idiocia y la nada más absoluta.
El otro día imaginé a la televisión como un ser antropomórfico que trabajaba en una especie de charcutería. En sus manos tenía uno de esos instrumentos para cortar los fiambres. La gente hacía cola para que la televisión con forma humana los cogiera por los hombros, los metiera en la maquinita y les loncheara el cerebro. Supongo que en las televisiones más cutres tendrán incluso cerebros ya loncheados en bandejas para no tener que esperar.
Aunque en realidad los que se acercaban estaban inmolando sus cerebros como extremo sacrificio de lealtad, fidelidad y entrega a no sé bien qué, porque con el tipo de contenidos que hay ahora mismo, sólo inducen al vómito incesante.
Cuando pienso estas cosas, me compadezco de aquellos pobres individuos que tiran su vida a la basura viendo horas y horas ese artefacto demoníaco donde sólo aparece lo más cutre y casposo de la actualidad más infecta.
Hace tiempo que dejé de ver la televisión. De hecho el cambio a la televisión digital me vino de coña porque ahora ya ni siquiera tengo un aparato. Si quiero vel algo puntual, uso el sintonizador USB, veo lo que me interesa y después lo apago.
¡Ah! y desengáñate si eres de los que te pasas la vida cambiando de canal. Por muchas horas que pases dándole al botoncito, nunca emitirán nada que merezca la pena. Nunca.
El colmo de los colmos es que aquí en España tenemos que pagar la bazofia a precio de oro. Hay que mantener a todos los pesebreros del reino y qué mejor pesebre que las televisiones públicas para repartir el dinero de todos entre los más casposos.
Las televisiones privadas hacen lo mismo, pero se juegan su dinero y pueden hacer con él lo que más les convenga.
¡La cantidad de buenos libros que se quedarán sin leer este verano!
Actualización: Esta entrada la menearon en Menéame, valga la posible redundancia, y al entar observé un detalle curioso. ¿Sabes qué tipo de publicidad considera Google que es la más apropiada para este post? Ni te lo imaginas. Un curso para aprender a cortar jamón ibérico, tal como puedes ver en la captura de pantalla. Bueno y ahora ¿qué hago yo estando tan bien posicionado en cuchillos jamoneros y en al arte de cortar el pata negra?
Me pareció doblemente sorprendente porque en la entrada, si te fijas, hay palabras como televisión, fútbol, baloncesto, fórmula 1, deportes en general, que lógicamente son mucho más buscadas por la gente en general, pero ninguna de esas dio con la clave. Fueron los cuchillos jamoneros y sus cursos los que finalmente se llevaron el gato al agua.
No pierdo mucho tiempo como CEO del blog, más bien ninguno, pero de vez en cuando te llevas sorpresitas.
La bonita imagen la encontré en El Lotófago.
6 comentarios:
Si quieres saber si alguien es idiota, pregúntale si ve la tele en verano. Ahí tienes la respuesta.
La tele ya hace tiempo que no ofrece nada.
Tampoco descubres nada nuevo. La tele siempre es un asquito.
El loncheado de cerebros es una buena metáfora, aunque viendo lo que hay, creo que incluso te has quedado corto.
pero a qué esperas para vender guijuelo y regalar jamoneros que en el carrefour siempre anuncian el jamón pero nunca incluyen el jamonero. y de paso cuchillos jamoneros para lonchear cerebros que algunos vienen sin cortar, jejejje
Si no quieres ver la televisión, no la veas. Los que disfrutamos de buenos programas lo pasamos bien sin pasar calor
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