Los sindicatos y la patronal siguen enfrascados en sus discusiones acerca de la reforma laboral en España con el Gobierno al acecho y al quite para aprobar un nuevo decratazo si no llegan a ningún acuerdo pronto, aunque parece que se lo siguen tomando con mucha calma.
Ya ni recuerdo el tiempo en el que las circunstancias en el mercado laboral eran normales en nuestro país. Quizás ni siguiera llegaran nunca a la normalidad. Tasas de paro insostenibles, condiciones lamentables, infinidad de tipos de contratos, precariedad, abusos por ambas partes y una verdadera odisea navegar por este proceloso mar de la oferta y la demanda del empleo que se mueve entre extremos de la nada más absoluta hasta la sobreoferta o sobredemanda, caso del ladrillo hace unos años. El mercado laboral español vive siempre inmerso en la zozobra tan sólo dando bandazos entre extremos.
Siempre me he preguntado por qué no se fijan los unos y los otros en la forma que tienen otros países de nuestro entorno para manejar el empleo. Si no nos sirve Alemania por ser una locomotora económica que ya está creando empleo a pesar de la crisis o incluso Francia o el Reino Unido, fijémonos en otros países más parecidos al nuestro. Polonia nos podria servir por ejemplo.
Tampoco habría que perder de vista la políticia de empleo de estos países porque, que yo sepa, todo funciona según la lógica y un trabajador tiene un salario más o menos justo que le permite hacer frente a sus gastos básicos e incluso para más. En España en demasiados casos y dependiendo de mil y una carambolas, hay que decidir si vives debajo de un puente y usas el salario para comer o no comes y usas el salario para pagarte una vivienda.
Diversas instituciones recomiendan que no se debe emplear más del 10% ó el 20% del salario a la vivienda. En muchos casos en España es una suerte no tener que emplear el 100%. Puedes leer todo lo que quieras sobre este particular, aunque te dejaré este enlace para abrir boca: 500 personas pierden diariamente su casa en España.
Polonia lleva 20 años tan sólo fuera de la órbita comunista y navegando por libre y a pesar de haber tenido que apechugar con todo el lastre de una economía comunista, ha conseguido niveles de empleo más que aceptables que en España no veremos en muchos, muchísimos años. El último dato de Eurostat, tasa en un 9,9 el porcentaje de desmpleados en el país, menos de la mitad que nosotros.
Somos países con una población similar, pero duplicamos por mucho la tasa de desempleo. Ellos han tenido que adaptarse a la economía capitalista y nosotros no, pero el dato está ahí.
Todas las reuniones, discusiones e intentos de acuerdo que van a mantener patronal y sindicatos, con el Gobierno al acecho nos llevarán a un nuevo caos porque los unos se enrocarán en bajar el despido al mínimo y los otros harán lo propio para impedirlo. No hablarán de salarios, ni de condiciones, ni de parados, ni de la situación general del país. Nada de nada. Al final saldrá el Gobierno, impondrá por decreto una nueva canallada y a ver el mundial de fútbol todos tranquilos, con huelga general por medio o sin ella.
No entrarán en el fondo del problema. Una vez más se parcheará lo ya parcheado y a seguir adelante hasta la próxima reforma y la próxima, y la próxima y así hasta el infinito y más allá.
No tengo la solución a este problema, evidentemente, pero creo que si se quiere cerrar en firme, habrá que pensar más allá del corto plazo. No es admisible que un trabajador se deslome en su puesto de trabajo y a fin de mes no pueda mínimamente afrontar los gastos básicos, pero tampoco es admisible que muchos empresarios vean preferible cerrar sus empresas porque los costes de despedir a los trabajadores o contratarlos son desorbitados.
Creo que habría que buscar los beneficios para ambas partes y que un trabajador pueda vivir de su trabajo sin pasar verdaderas estrecheces y un empresario pueda mantener su empresa sin la espada de Damocles de unos costes laborales excesivos.
Fijémonos en nuetro entorno: millones de trabajadores al margen de la crisis trabajan, viven y tienen un salario acorde con su nivel de vida y miles de empresarios mantienen sus empresas al margen de la crisis sin la agonía de un coste laboral que amenace con llevarse el garito por delante.
Me gustaría ser optimista, pero con el cadaver político insepulto de Zapatero, sólo queda margen para el pesimismo. Un individuo que daba la impresión que creía que el dinero se fabricaba infinitamente una y otra vez, y podía regalarse a espuertas a sectarios, fanboys, palmeros y dictadores sanguinarios y ladrones de confianza. Da miedo pensar que tengamos que aguantarlo todavía casi dos años más.
Por sectores, las cosas no pintan bien en ninguno. En Agricultura por ejemplo, el ministerio de bajarse los pantalones ante los dictadores que preside Moratinos, le ha regalado infinidad de subvenciones regalos, prebendas y acuerdos preferentes a su dictador favorito, el asesino y ladrón Mohamed VI para acabar con la agricultura española definitivamente.
En energía se usa el lenguaje demagógico de las energías límpias y bla, bla, bla, pero luego se invierten ingentes cantidades en el carbón y se subvenciona un sector obsoleto y contaminante como pocos. En la industria poco más hay que decir. A la poca que tenemos, la van laminando día tras día, no sé si para que emigre definitivamente o porque quieren dejar el país como un solar.
Aquí tienes algunos casos curiosos, aunque hay cientos.
En la imagen unos trabajores hacen un alto en la jornada para reponer fuerzas. La encontré en Hechos y Desechos.
Ya ni recuerdo el tiempo en el que las circunstancias en el mercado laboral eran normales en nuestro país. Quizás ni siguiera llegaran nunca a la normalidad. Tasas de paro insostenibles, condiciones lamentables, infinidad de tipos de contratos, precariedad, abusos por ambas partes y una verdadera odisea navegar por este proceloso mar de la oferta y la demanda del empleo que se mueve entre extremos de la nada más absoluta hasta la sobreoferta o sobredemanda, caso del ladrillo hace unos años. El mercado laboral español vive siempre inmerso en la zozobra tan sólo dando bandazos entre extremos.
Siempre me he preguntado por qué no se fijan los unos y los otros en la forma que tienen otros países de nuestro entorno para manejar el empleo. Si no nos sirve Alemania por ser una locomotora económica que ya está creando empleo a pesar de la crisis o incluso Francia o el Reino Unido, fijémonos en otros países más parecidos al nuestro. Polonia nos podria servir por ejemplo.
Tampoco habría que perder de vista la políticia de empleo de estos países porque, que yo sepa, todo funciona según la lógica y un trabajador tiene un salario más o menos justo que le permite hacer frente a sus gastos básicos e incluso para más. En España en demasiados casos y dependiendo de mil y una carambolas, hay que decidir si vives debajo de un puente y usas el salario para comer o no comes y usas el salario para pagarte una vivienda.
Diversas instituciones recomiendan que no se debe emplear más del 10% ó el 20% del salario a la vivienda. En muchos casos en España es una suerte no tener que emplear el 100%. Puedes leer todo lo que quieras sobre este particular, aunque te dejaré este enlace para abrir boca: 500 personas pierden diariamente su casa en España.
Polonia lleva 20 años tan sólo fuera de la órbita comunista y navegando por libre y a pesar de haber tenido que apechugar con todo el lastre de una economía comunista, ha conseguido niveles de empleo más que aceptables que en España no veremos en muchos, muchísimos años. El último dato de Eurostat, tasa en un 9,9 el porcentaje de desmpleados en el país, menos de la mitad que nosotros.
Somos países con una población similar, pero duplicamos por mucho la tasa de desempleo. Ellos han tenido que adaptarse a la economía capitalista y nosotros no, pero el dato está ahí.
Todas las reuniones, discusiones e intentos de acuerdo que van a mantener patronal y sindicatos, con el Gobierno al acecho nos llevarán a un nuevo caos porque los unos se enrocarán en bajar el despido al mínimo y los otros harán lo propio para impedirlo. No hablarán de salarios, ni de condiciones, ni de parados, ni de la situación general del país. Nada de nada. Al final saldrá el Gobierno, impondrá por decreto una nueva canallada y a ver el mundial de fútbol todos tranquilos, con huelga general por medio o sin ella.
No entrarán en el fondo del problema. Una vez más se parcheará lo ya parcheado y a seguir adelante hasta la próxima reforma y la próxima, y la próxima y así hasta el infinito y más allá.
No tengo la solución a este problema, evidentemente, pero creo que si se quiere cerrar en firme, habrá que pensar más allá del corto plazo. No es admisible que un trabajador se deslome en su puesto de trabajo y a fin de mes no pueda mínimamente afrontar los gastos básicos, pero tampoco es admisible que muchos empresarios vean preferible cerrar sus empresas porque los costes de despedir a los trabajadores o contratarlos son desorbitados.
Creo que habría que buscar los beneficios para ambas partes y que un trabajador pueda vivir de su trabajo sin pasar verdaderas estrecheces y un empresario pueda mantener su empresa sin la espada de Damocles de unos costes laborales excesivos.
Fijémonos en nuetro entorno: millones de trabajadores al margen de la crisis trabajan, viven y tienen un salario acorde con su nivel de vida y miles de empresarios mantienen sus empresas al margen de la crisis sin la agonía de un coste laboral que amenace con llevarse el garito por delante.
Me gustaría ser optimista, pero con el cadaver político insepulto de Zapatero, sólo queda margen para el pesimismo. Un individuo que daba la impresión que creía que el dinero se fabricaba infinitamente una y otra vez, y podía regalarse a espuertas a sectarios, fanboys, palmeros y dictadores sanguinarios y ladrones de confianza. Da miedo pensar que tengamos que aguantarlo todavía casi dos años más.
Por sectores, las cosas no pintan bien en ninguno. En Agricultura por ejemplo, el ministerio de bajarse los pantalones ante los dictadores que preside Moratinos, le ha regalado infinidad de subvenciones regalos, prebendas y acuerdos preferentes a su dictador favorito, el asesino y ladrón Mohamed VI para acabar con la agricultura española definitivamente.
En energía se usa el lenguaje demagógico de las energías límpias y bla, bla, bla, pero luego se invierten ingentes cantidades en el carbón y se subvenciona un sector obsoleto y contaminante como pocos. En la industria poco más hay que decir. A la poca que tenemos, la van laminando día tras día, no sé si para que emigre definitivamente o porque quieren dejar el país como un solar.
Aquí tienes algunos casos curiosos, aunque hay cientos.
En la imagen unos trabajores hacen un alto en la jornada para reponer fuerzas. La encontré en Hechos y Desechos.
2 comentarios:
Zapatero está ya finiquitado. Su ineptitud y desvergüenza con el dinero de todos no tiene límites
ZP debería dimitir y abrir una puerta a la esperanza. Nadie ni dentro ni fuera confía ya en él. Ha hecho muchas.
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