Desde hace unos cuantos meses, si eres de los habituales del blog, habrás observado que tenemos un buscador de enlaces en el que puedes leer claramente La Lista de Sinde.
Somos una de las páginas que nos hemos autoinculpado de este modo para luchar contra lo que consideramos el principio del comienzo de la censura en la Red.
Ayer martes se entregó la lista en el ministerio de Industria con las 1.180 páginas que se apuntaron y colocaron el banner. Realmente me sorprende un poco la cifra por lo bajo. Todo el mundo cacarea, vacila, amenaza, cancamusea, protesta y echa pestes de unas prácticas más propias de oscuros pasados, pero a la hora de la verdad nos apuntamos sólo unos pocos, pero algo es algo.
Al menos hay gente comprometida, aunque no tanta como debería ser.
Ya hemos hablado varias veces del conflicto que plantean las SGAES y sus compinches y los derechos de autor. Yo soy autor y defiendo a capa y espada a los autores. De hecho tengo obras por ahí, que en caso de querer representar, tendrían que hablar conmigo, pero esconder la defensa de los autores con una verdadera ofensiva para cerrar páginas, blogs o espacios libres, escondiéndose en una ley injusta, me parece una pasada.
Se aprobó el canon y tras algunas protestas, todo volvió a la calma y aquí seguimos pagando un impuesto revolucionario que no se llevan los autores verdaderos. Las mafias se lo reparten a su antojo y la mayoría de creadores no ven ni un céntimo.
¿A quién le pagaron los 10 ó 12 euros que me estafaron con el canon por el último disco duro que le compré a mi hijo? ¿Y en el robo que perpetraron con el scanner que se compró un amigo, se sabe quien se llevo esos euros?
Lo del cierre de espacios en Internet sin una orden judicial fue la gota que colmó el vaso. Y no nos podíamos quedar quietos. Había que actuar y eso hicimos unos cuantos.
El presente o el futuro pone a cada uno en su sitio, tarde o temprano. No es lógico, normal, lícito o viable, intentar vivir de un entramado arcaico del siglo XX, en pleno siglo XXI.
Supongo que serán muy pocos los que no se habrán dado cuenta de que el nombre es un guiño a la película de Spielberg, La lista de Shindler. Aquí tienes un montaje que encontré en JK Arteaga fusionando ambos conceptos.
Somos una de las páginas que nos hemos autoinculpado de este modo para luchar contra lo que consideramos el principio del comienzo de la censura en la Red.
Ayer martes se entregó la lista en el ministerio de Industria con las 1.180 páginas que se apuntaron y colocaron el banner. Realmente me sorprende un poco la cifra por lo bajo. Todo el mundo cacarea, vacila, amenaza, cancamusea, protesta y echa pestes de unas prácticas más propias de oscuros pasados, pero a la hora de la verdad nos apuntamos sólo unos pocos, pero algo es algo.
Al menos hay gente comprometida, aunque no tanta como debería ser.
Ya hemos hablado varias veces del conflicto que plantean las SGAES y sus compinches y los derechos de autor. Yo soy autor y defiendo a capa y espada a los autores. De hecho tengo obras por ahí, que en caso de querer representar, tendrían que hablar conmigo, pero esconder la defensa de los autores con una verdadera ofensiva para cerrar páginas, blogs o espacios libres, escondiéndose en una ley injusta, me parece una pasada.
Se aprobó el canon y tras algunas protestas, todo volvió a la calma y aquí seguimos pagando un impuesto revolucionario que no se llevan los autores verdaderos. Las mafias se lo reparten a su antojo y la mayoría de creadores no ven ni un céntimo.
¿A quién le pagaron los 10 ó 12 euros que me estafaron con el canon por el último disco duro que le compré a mi hijo? ¿Y en el robo que perpetraron con el scanner que se compró un amigo, se sabe quien se llevo esos euros?
Lo del cierre de espacios en Internet sin una orden judicial fue la gota que colmó el vaso. Y no nos podíamos quedar quietos. Había que actuar y eso hicimos unos cuantos.
El presente o el futuro pone a cada uno en su sitio, tarde o temprano. No es lógico, normal, lícito o viable, intentar vivir de un entramado arcaico del siglo XX, en pleno siglo XXI.
Supongo que serán muy pocos los que no se habrán dado cuenta de que el nombre es un guiño a la película de Spielberg, La lista de Shindler. Aquí tienes un montaje que encontré en JK Arteaga fusionando ambos conceptos.
1 comentario:
A ver si consiguen algo y le cortan los pies a esta gentuza.
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