Cierra definitivamente Geocities - Crónicas de Esperantia

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lunes, 26 de octubre de 2009

Cierra definitivamente Geocities

Hoy 26 de octubre ha sido la fecha elegida para apagar los últimos resquicios de lo que fue uno de los lugares más concurridos, visitados y populares de los años 90 en Internet, Geocities.

Corría la mitad de la década de los 90 y todas las herramientas conocidas hasta entonces comenzaban a aglutinarse en torno a los navegadores. Por aquel entonces surgiría también hotmail que se ha mantenido y consolidado plenamente.

El caso de Geocities fue curioso. Comenzó como una apuesta modesta, pero poco a poco se fue haciendo un hueco y consiguió ser el rey del hosting gratuito.

Recuerdo que tuve algunas páginas ahí que me permitieron tener alguna web abierta en Internet, hasta que opté por los servidores de pago. No he quitado nada de lo que tenía. Seguramente lo habrán borrado todo, como era lógico y previsible y como anunciaron a todos los que teníamos alguna relación con ellos con la suficiente antelación.

No quité nada porque en uno de esos ramalazos sentimentaloides pensé que quizás algo de lo que ahí tenía pueda seguir "viviendo" en otros ficheros, tras borrar todos los discos duros y usarlos para otros menesteres.

Geocities fue comprado por Yahoo y bajo mi punto de vista, no supieron o no quisieron sacarle partido. Lo dejaron apagarse y morir sin más. Yahoo ya tenía su propio servicio de hosting y resultaba una competencia tener un servicio gratuito.

Ahora a poco que busques tienes espacios gratuitos para todos los gustos, pero en aquel entonces, estaba Geocities y poco más y a muchos nos vino muy bien tener un pequeño lugar donde tener algo de presencia. Con el paso de los años su existencia perdió su razón de ser y en los últimos años se había convertido en una especie de cementerio de elefantes de los primeros años 90 en Internet.

Fue bonito mientras duró, pero la evolución no perdona.

La imagen de un viaje al pasado de Internet la encontré en Anexom.


1 comentario:

Raúl dijo...

Esas páginas me traían buenos recuerdos, pero hay que reconocer que se habían quedado ya obsoletas.