Estamos ya en el mes de septiembre y llevo unos días que no paro haciendo de todo.
Tengo pendientes una serie actividades y estoy poniendo a punto el podcast Confusión de Radio Esperantia de nuevo, que vuelve este mes y, a falta de algunos pequeños detalles con una edición semanal. Y por si no fuera poco, llega también el próximo día 26 el IV Maratón Podcastblog, The Final Cut con muchas novedades.
Ya te comenté hace unos cuantos días que había empezado a leer Los Pilares de la tierra de Ken Follett. Cuando lo terminé me fui rápidamente a una librería y me compré la segunda parte, Un mundo sin fin. Como dato para la SGAE y similares, el libro lo pagué. No lo robé.
Me pareció una novela excelente. Muy bien elaborada. Muy bien armada como dirían mis amigos argentinos. La construcción de todas las tramas y subtramas están perfectamente entre lazadas creando un universo que termina enganchándote.
Como suelo hacer habitualmente no te voy a destripar el contenido de la obra. Básicamente se trata de las circunstancias que rodean la construcción de una catedral en el siglo XII en Inglaterra. Hay personajes muy variados y perfectamente dibujados que se alejan mucho de los estereotipos maniqueos en los que sólo hay bueno o malos.
Leyendo las novelas, llegué a la conclusión que el mundo ha cambiado muy poco en 1000 años: En aquella época los malvados eran los reyes, los condes, los abades o los obispos, salvo excepciones. Unos y otros se encargaban de hacerles la vida miserable al resto, con el único objeto de poder perpetuarse en el poder, la vileza y aumentar sus riquezas por encima de cualquier sentimiento de humanidad.
Ahora, en el siglo XXI, es exactamente lo mismo. El conde en vez de llamarse Hamleigh, se llama Telefónica de España o Banco de Santander y el rey es Repsol o uno de su calaña. La iglesia sigue teniendo su cuota de poder, pero mucho menos que entonces y actualmente el obispo malvado podría ser Teddy Bautista que maneja con mano de hierro su abadía o su diócesis, la SGAE.
Y así podríamos seguir buscando paralelismos entre entones y ahora y no terminaríamos nunca. Todo sigue igual, lamentablemente.
Tanto antes como ahora, a los seres que usan la lógica y desean cambiar las cosas para hacer de la existencia algo más agradable, son machacados, masacrados, vilipendiados y arrinconados en el ostracismo, para que el reino de la vileza, la injusticia y el paraíso de los ladrones, estafadores, mediocres, advenedizos, inútiles y pesebreros siga adelante.
Como dato curioso, la segunda parte, Un Mundo sin fin, comienza algo así como dos siglos después de Los Pilares de la tierra y se desarrolla en el mismo escenario, aunque lógicamente con personajes diferentes. Hay quien dice que la segunda parte es más floja. Quizás esa impresión pueda percibirse porque en la segunda ya no tenemos la novedad de la primera parte, pero a mí me parecieron las dos muy buenas.
Y vamos al dato, que se me iba la olla. Un mundo sin fin, comienza el mismo año en el que se desarrollan los acontecimientos narrados en la magnífica novela de Umberto Eco, El nombre de la Rosa, el año 1327, por lo que, una vez terminada, estuve ojeando de nuevo la obra del italiano y se pueden encontrar nuevas explicaciones o ampliaciones sobre la forma de vida de aquella época.
Por cierto, que ya se está rodando la mini serie en Hungría y Austria desde este mes de Junio y está prevista que se estrene en 2010. Aunque te recomiendo que si no la has leído, no pierdas el tiempo, porque te va a encantar, tanto la primera parte como la segunda.
La producción corre a cargo de Ridley Scott y su hermano Tony y si quieres echarle un vistazo al elenco de actores que han elegido para los personajes de la obra, aquí te dejo la ficha de Internet Movie Database de The Pilars of the Earth. Y aquí también te dejo un artículo de Cinefagos donde hablan también de la serie. Si eres un apasionado de los juegos de mesa, también han pensado en tí y hay un juego sobre la novela que tiene buena pinta.
La imagen corresponde a una recreación de la catedral de Kinsbridge, protagonista de las dos novelas. No vayas preguntando por ella cuando vayas a Inglaterra porque no existe. Es sólo una invención del autor. La encontré en el Fotolog de Sandra Hifer.
Tengo pendientes una serie actividades y estoy poniendo a punto el podcast Confusión de Radio Esperantia de nuevo, que vuelve este mes y, a falta de algunos pequeños detalles con una edición semanal. Y por si no fuera poco, llega también el próximo día 26 el IV Maratón Podcastblog, The Final Cut con muchas novedades.
Ya te comenté hace unos cuantos días que había empezado a leer Los Pilares de la tierra de Ken Follett. Cuando lo terminé me fui rápidamente a una librería y me compré la segunda parte, Un mundo sin fin. Como dato para la SGAE y similares, el libro lo pagué. No lo robé.
Me pareció una novela excelente. Muy bien elaborada. Muy bien armada como dirían mis amigos argentinos. La construcción de todas las tramas y subtramas están perfectamente entre lazadas creando un universo que termina enganchándote.
Como suelo hacer habitualmente no te voy a destripar el contenido de la obra. Básicamente se trata de las circunstancias que rodean la construcción de una catedral en el siglo XII en Inglaterra. Hay personajes muy variados y perfectamente dibujados que se alejan mucho de los estereotipos maniqueos en los que sólo hay bueno o malos.
Leyendo las novelas, llegué a la conclusión que el mundo ha cambiado muy poco en 1000 años: En aquella época los malvados eran los reyes, los condes, los abades o los obispos, salvo excepciones. Unos y otros se encargaban de hacerles la vida miserable al resto, con el único objeto de poder perpetuarse en el poder, la vileza y aumentar sus riquezas por encima de cualquier sentimiento de humanidad.
Ahora, en el siglo XXI, es exactamente lo mismo. El conde en vez de llamarse Hamleigh, se llama Telefónica de España o Banco de Santander y el rey es Repsol o uno de su calaña. La iglesia sigue teniendo su cuota de poder, pero mucho menos que entonces y actualmente el obispo malvado podría ser Teddy Bautista que maneja con mano de hierro su abadía o su diócesis, la SGAE.
Y así podríamos seguir buscando paralelismos entre entones y ahora y no terminaríamos nunca. Todo sigue igual, lamentablemente.
Tanto antes como ahora, a los seres que usan la lógica y desean cambiar las cosas para hacer de la existencia algo más agradable, son machacados, masacrados, vilipendiados y arrinconados en el ostracismo, para que el reino de la vileza, la injusticia y el paraíso de los ladrones, estafadores, mediocres, advenedizos, inútiles y pesebreros siga adelante.
Como dato curioso, la segunda parte, Un Mundo sin fin, comienza algo así como dos siglos después de Los Pilares de la tierra y se desarrolla en el mismo escenario, aunque lógicamente con personajes diferentes. Hay quien dice que la segunda parte es más floja. Quizás esa impresión pueda percibirse porque en la segunda ya no tenemos la novedad de la primera parte, pero a mí me parecieron las dos muy buenas.
Y vamos al dato, que se me iba la olla. Un mundo sin fin, comienza el mismo año en el que se desarrollan los acontecimientos narrados en la magnífica novela de Umberto Eco, El nombre de la Rosa, el año 1327, por lo que, una vez terminada, estuve ojeando de nuevo la obra del italiano y se pueden encontrar nuevas explicaciones o ampliaciones sobre la forma de vida de aquella época.
Por cierto, que ya se está rodando la mini serie en Hungría y Austria desde este mes de Junio y está prevista que se estrene en 2010. Aunque te recomiendo que si no la has leído, no pierdas el tiempo, porque te va a encantar, tanto la primera parte como la segunda.
La producción corre a cargo de Ridley Scott y su hermano Tony y si quieres echarle un vistazo al elenco de actores que han elegido para los personajes de la obra, aquí te dejo la ficha de Internet Movie Database de The Pilars of the Earth. Y aquí también te dejo un artículo de Cinefagos donde hablan también de la serie. Si eres un apasionado de los juegos de mesa, también han pensado en tí y hay un juego sobre la novela que tiene buena pinta.
La imagen corresponde a una recreación de la catedral de Kinsbridge, protagonista de las dos novelas. No vayas preguntando por ella cuando vayas a Inglaterra porque no existe. Es sólo una invención del autor. La encontré en el Fotolog de Sandra Hifer.
3 comentarios:
Yo leí la primera parte y me pareció genial. Ya estoy esperando la serie. Será una pasada.
La verdad que estoy de acuerdo contigo, como ya te comenté en veces anteriores, son dos pedazo de libros tanto por lo buenos que son como por lo largos, pero a mí me engancharon desde el principio, muy buenos ambos. Saludos
Pharpe, es cierto, recuerdo haberlo leído en un comentario tuyo, pero como no doy abasto con lo que tengo se me olvidó contestarte. Son realmente buenos, como dices. Aunque son algo largos, una vez que los empiezas no paras hasta seguir al final.
Yo le dije a alguien que lo estaba leyendo y me lo pidió prestado, pero cuando se lo iba a dejar, vio el tocho y se echó para atrás. Fue muy curioso.
Aunque son lenguajes diferentes y hay que tenerlo muy en cuenta, esperaremos a ver lo que da de sí la mini seria que están rodando. Lo de mini, es un decir porque están previstos 3 capitulos de 200 minutos cada uno, casi nada.
Saludos y un montón de gracias por todo lo que participas en el blog.
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