Le niegan una vivienda social a un enfermo con un pie amputado, ciego y que requiere diálisis

En España y más concretamente en Canarias, donde vivo, pulsar la realidad que nos rodea y entrar en modo indignación es todo uno. Y me refiero a la realidad que se vive, no a la que nos cuentas los medios palmeros de los diferentes gobiernos que suelen presentar otra situación más edulcorada que, en muchos casos se acerca a un mundo perfecto.

Hoy he leído que el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le ha negado una vivienda a un señor que tiene un pie amputado, es ciego y debe someterse periódicamente a diálisis para seguir viviendo.

El ciudadano protagonista de la tragedia había solicitado al ayuntamiento otra vivienda porque en la que ahora vive, un cuarto piso, debe acometer la titánica tarea de subir y/o bajar 84 escalones para salir a la calle.

Por si el hecho fuera poco vergonzoso para el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, protagonista malvado de la historia, nuestro ciudadano lleva esperando más de un año, a pesar de tenerla ya concedida, la prestación estipulada de la Ley de Dependencia, una Ley que usan los políticos para hacer demagogia barata, mientras usan el comodín del tiempo para ir esperando a que fallezcan los beneficiarios.

Creo que estamos llegando ya a unos límites insoportables de desidia, crueldad y tortura a los que nos están llevando los administradores que hemos votado y que no han hecho otra cosa con los votos que beneficiarse ellos y favorecer a sus familiares y amigos.

El caso de este señor está claro. Es un ciudadano español que necesita ayuda, necesita esa vivienda que le niegan porque dicen que no hay dinero. Si que tienen dinero. Lo tiran a la basura todos los días en la inmunda televisión canaria, en la inservible y absolutamente prescindible policía canaria, en pagar ingentes cantidades en publicidades superfluas de autobombo y suma y sigue.

Cualquier ciudadano español y canario ya sabe por experiencia que el actual sistema siempre le va a perjudicar. La casta política no hace más que crear una secta en la que poder aumentar las diferencias entre ellos y el resto del pueblo.

Este pobre señor, no podrá disfrutar de una calidad de vida medianamente digna, pero, eso sí, podrá ver 2 canales de la televisión autonómica de Canarias y un canal de radio autonómica. Si viene por Las Palmas podrá ver asimismo el palo de bandera que nos costó 60.000 euros, gracias a una cacicada más del jefe del PP en Canarias.

Muchas veces pienso realmente si merece la pena conocer estos casos. A el de hoy, le seguirá otro todavía más sangrante y mientras haya champions, fútbol o las pastorcillas televisivas sigan pastoreando a sus rebaños catódicos, todo se verá muy bien.

Es lo que hay. Es lo que tenemos. Tenemos lo que nos merecemos.

La imagen la encontré en la revista Fast.