Con tantos días sin escribir nada quizás estarás pensando algo raro, pero no hay nada por lo que preocuparse. Todo lo contrario, tengo que estudiar muy bien la forma de emplear el poco tiempo que me queda porque, metido en mil fregaos, es difícil atender a todo.
Hace un rato acabo de subir de desayunar en el hotel de Santa Cruz de Tenerife en donde me encuentro. He venido a cubrir el concierto de Revólver para la edición 2009 de Dorada en vivo.
Ha estado genial, desde luego.
Ahora en una horita o así, me preparo ya los bártulos y de vuelta a Gran Canaria.
Durante el desayuno he coincidido con un buen número de tenistas que están disputando aquí un torneo. No veas lo que se metían entre pecho y espalda para enfrentarse a su dura jornada de trabajo raqueta en ristre. Daba miedo.
Espero volver al posteo habitual ya la próxima semana. El tiempo se me ha quedado en nada y como he tenido que hacer por primera vez muchas actividades a la vez, he preferido dedicarles un extra para que todo salga bien. Ese extra lo he sacado de otras ocupaciones como el blog o el podcast, pero ya lo compensaré, te lo prometo.
Anoche estaba a punto de recoger cuando me llegó una alegría. Tony Delgado, el bajista al que le dediqué la portada del último podcast me escribió un mensaje muy emotivo. A ver si le contesto.
El que un músico al que admiro haya escuchado el podcast, le haya gustado y lo agradezca en un comentario para mí es un alegrón que no puedes ni imaginarte.
Y no me voy a enrollar más que cuando pillo el hilo no lo suelto. Llevo día y medio ya que no tengo ni idea de lo que ha pasado por el mundo, pero por lo que observo sigue todo más o menos igual. Aún no he visto revolucionarios con kalakas por las calles, de modo que la revolución no ha llegado todavía. Y el fin del mundo tampoco. De hecho estoy escribiendo esto ahora mismo desde aquí.
Hace un rato acabo de subir de desayunar en el hotel de Santa Cruz de Tenerife en donde me encuentro. He venido a cubrir el concierto de Revólver para la edición 2009 de Dorada en vivo.
Ha estado genial, desde luego.
Ahora en una horita o así, me preparo ya los bártulos y de vuelta a Gran Canaria.
Durante el desayuno he coincidido con un buen número de tenistas que están disputando aquí un torneo. No veas lo que se metían entre pecho y espalda para enfrentarse a su dura jornada de trabajo raqueta en ristre. Daba miedo.
Espero volver al posteo habitual ya la próxima semana. El tiempo se me ha quedado en nada y como he tenido que hacer por primera vez muchas actividades a la vez, he preferido dedicarles un extra para que todo salga bien. Ese extra lo he sacado de otras ocupaciones como el blog o el podcast, pero ya lo compensaré, te lo prometo.
Anoche estaba a punto de recoger cuando me llegó una alegría. Tony Delgado, el bajista al que le dediqué la portada del último podcast me escribió un mensaje muy emotivo. A ver si le contesto.
El que un músico al que admiro haya escuchado el podcast, le haya gustado y lo agradezca en un comentario para mí es un alegrón que no puedes ni imaginarte.
Y no me voy a enrollar más que cuando pillo el hilo no lo suelto. Llevo día y medio ya que no tengo ni idea de lo que ha pasado por el mundo, pero por lo que observo sigue todo más o menos igual. Aún no he visto revolucionarios con kalakas por las calles, de modo que la revolución no ha llegado todavía. Y el fin del mundo tampoco. De hecho estoy escribiendo esto ahora mismo desde aquí.
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