Este 22 de Diciembre como todos los años, España celebra la fiesta del milagrerismo, un rito pagano que cautiva a los cerebros más reblandecidos y que constituye el pistoletazo de salida de la Navidad.
A pesar de que las probabilidades de que te toque el gordo es de 1 entre 85.000, los parroquianos viven este sorteo como una verdadera fiesta y no es para menos, sobre todo si te toca, harto difícil e improbable, pero no imposible porque siempre se sortean las bolitas y, a pesar del Gobierno que tenemos, me consta que no manipularán los números, al menos en este caso.
No sé si te he contado que cuando trabajaba en medios me tocó varias veces hacer la cobertura del sorteo. Aunque he pasado por varias secciones a lo largo de los años, curiosamente siempre estaba en la sección a la que le otorgaban desde la dirección "el premio" de cubrir los milagros. Aquí tienes unas cuantas anécdotas del sorteo y aquí otras tantas, por si quieres retransmitir el premio y no deseas que se te agoten las gilipolleces hasta que salga el gordo.
Varias veces apostaba con mis compañeros a que se podría hacer una crónica bastante fiable antes de que se celebrara el sorteo y, una vez con los números reales, ir rellenando los espacios.
Siempre toca en pueblos pequeños y en ciudades grandes. Siempre hay gente en las administraciones con champán celebrando su suerte. Siempre hay bares con gente de fiesta celebrando que el sorteo haya sido benevolente con ellos. Siempre hay empresas en las que toca a todo el mundo, menos a uno. Siempre hay gente que compra un número en un sitio, donde toca, y lo reparte en su pueblo en donde no ha tocado, y convierte en seres felices a unos cuantos deudores.
Y en la retransmisión de las televisiones más de lo mismo: ensalada de tópicos, macedonia de obviedades y sucesión de gilipolleces en progresión geométrica.
Siempre ocurre lo mismo. Sólo faltan conocer 2 datos para rellenar la crónica: números y ciudades. El resto es parte del teatrillo.
Y a los premiados, siempre las mismas preguntas y siempre las mismas respuestas. Que sean más imaginativos.
- ¿Y qué va a hacer con el premio?
- Me voy a comprar un lanzallamas para prenderle fuego al Parlamento y unos kalakas con trípode y sin trípode para tomar con unos cuantos amigos el Gobierno al asalto y un caza para bombardear los repetidores de televisión y liberar por fin a las marujas de sus cadenas. Por ejemplo.
Aunque el sorteo comienza oficialmente a eso de las 9 de la mañana, el Gobierno ya entregó sus premios a los amos que les permiten vegetar plácidamente en sus poltronas. El viernes entregó a los banqueros un regalo excepcional bajándoles los impuestos del 43% al 17%, más de la mitad.
El derecho de pernada, el que cada ciudadano entregue a sus primogénitos a los banqueros y que todos trabajemos 4 horas diarias gratis para los bancos, son medidas que están todavía en estudio, pero llegarán. Para eso son los dueños y señores de este país de ganado estabulado camino del matadero.
Seguramente recordarás el gran robo del siglo que perpetró hace poco el Gobierno para entregárselo a sus amos. Nada cambia y todavía esperamos canalladas más grandes.
Yo nunca compro lotería. Estoy ya bien como estoy. En Crónicas de Esperantia me tratan muy bien. La cesta de Navidad, ni te la imaginas: 5 patas de jamón pata negra. 10 botellas de Don Perignon, turrón y licores para regalar y un cheque muy sustancioso.
Claro, como les he dicho que estoy montando el Banco de Esperantia, habrán pensado que soy un pez gordo y ya han empezado a hacerme la pelota.
Lo que está claro es que a mí ya me ha tocado la lotería. Te lo aseguro. He ganado los 20, 30 ó 40 euros que vale el décimo que no sé cuánto es y me da pereza mirarlo, pero por ahí andará. Brindo por ello.
La imagen corresponde al gordo de Navidad de este año. Para que veas que aquí estamos siempre por delante de la noticia. Lo encontré en Camyna.
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Síguelo en vivo en Canarias7
A pesar de que las probabilidades de que te toque el gordo es de 1 entre 85.000, los parroquianos viven este sorteo como una verdadera fiesta y no es para menos, sobre todo si te toca, harto difícil e improbable, pero no imposible porque siempre se sortean las bolitas y, a pesar del Gobierno que tenemos, me consta que no manipularán los números, al menos en este caso.
No sé si te he contado que cuando trabajaba en medios me tocó varias veces hacer la cobertura del sorteo. Aunque he pasado por varias secciones a lo largo de los años, curiosamente siempre estaba en la sección a la que le otorgaban desde la dirección "el premio" de cubrir los milagros. Aquí tienes unas cuantas anécdotas del sorteo y aquí otras tantas, por si quieres retransmitir el premio y no deseas que se te agoten las gilipolleces hasta que salga el gordo.
Varias veces apostaba con mis compañeros a que se podría hacer una crónica bastante fiable antes de que se celebrara el sorteo y, una vez con los números reales, ir rellenando los espacios.
Siempre toca en pueblos pequeños y en ciudades grandes. Siempre hay gente en las administraciones con champán celebrando su suerte. Siempre hay bares con gente de fiesta celebrando que el sorteo haya sido benevolente con ellos. Siempre hay empresas en las que toca a todo el mundo, menos a uno. Siempre hay gente que compra un número en un sitio, donde toca, y lo reparte en su pueblo en donde no ha tocado, y convierte en seres felices a unos cuantos deudores.
Y en la retransmisión de las televisiones más de lo mismo: ensalada de tópicos, macedonia de obviedades y sucesión de gilipolleces en progresión geométrica.
Siempre ocurre lo mismo. Sólo faltan conocer 2 datos para rellenar la crónica: números y ciudades. El resto es parte del teatrillo.
Y a los premiados, siempre las mismas preguntas y siempre las mismas respuestas. Que sean más imaginativos.
- ¿Y qué va a hacer con el premio?
- Me voy a comprar un lanzallamas para prenderle fuego al Parlamento y unos kalakas con trípode y sin trípode para tomar con unos cuantos amigos el Gobierno al asalto y un caza para bombardear los repetidores de televisión y liberar por fin a las marujas de sus cadenas. Por ejemplo.
Aunque el sorteo comienza oficialmente a eso de las 9 de la mañana, el Gobierno ya entregó sus premios a los amos que les permiten vegetar plácidamente en sus poltronas. El viernes entregó a los banqueros un regalo excepcional bajándoles los impuestos del 43% al 17%, más de la mitad.
El derecho de pernada, el que cada ciudadano entregue a sus primogénitos a los banqueros y que todos trabajemos 4 horas diarias gratis para los bancos, son medidas que están todavía en estudio, pero llegarán. Para eso son los dueños y señores de este país de ganado estabulado camino del matadero.
Seguramente recordarás el gran robo del siglo que perpetró hace poco el Gobierno para entregárselo a sus amos. Nada cambia y todavía esperamos canalladas más grandes.
Yo nunca compro lotería. Estoy ya bien como estoy. En Crónicas de Esperantia me tratan muy bien. La cesta de Navidad, ni te la imaginas: 5 patas de jamón pata negra. 10 botellas de Don Perignon, turrón y licores para regalar y un cheque muy sustancioso.
Claro, como les he dicho que estoy montando el Banco de Esperantia, habrán pensado que soy un pez gordo y ya han empezado a hacerme la pelota.
Lo que está claro es que a mí ya me ha tocado la lotería. Te lo aseguro. He ganado los 20, 30 ó 40 euros que vale el décimo que no sé cuánto es y me da pereza mirarlo, pero por ahí andará. Brindo por ello.
La imagen corresponde al gordo de Navidad de este año. Para que veas que aquí estamos siempre por delante de la noticia. Lo encontré en Camyna.
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3 comentarios:
Joder tío, tú es que te tomas todo a coña.
Eres la hostia
Es que no ves la parte positiva, ¿donde va a ir todo ese dinero? a los bancos por supuesto, así que al igual con esta inyección de liquidez no les hace falta más por el momento. Bueno perdona, hay una parte que se lleva Hacienda, pero vamos que terminará toda en el mismo sitio.
¿Por qué será que todo lo que lleva asociado la palabra "ilusión" nos acaba costando el dinero?
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