jueves, 16 de octubre de 2008

España

Este es un artículo que me ha enviado el amigo Jorge Arias. Como está realmente bien y es muy clarificador sobre lo que ocurre, aquí te lo dejo íntegro:

Hay muchas cosas que me molestan de este país... no voy a hablar de política que se me revuelven las calandracas, ni de la situación económica a la que nos someten entidades que ni siquiera son estatales, ni del Ministerio de Hacienda, que seguro que me cobra solo por nombrarlo;

Hablemos de... Intermediarios.

Vivimos en un país en el que hay intermediarios para todo, haciendo que cualquier producto pierda calidad y aumente precio. Esta España nuestra... el país de la picaresca, los grandes vividores y el "quiero todo por nada".

¿Cuanto cuesta realmente un litro de leche y qué precio acabamos pagando por él? ¿o un kilo de sardinas o una paletilla de ibérico?

Mi caso es el siguiente:

Dirijo desde hace un tiempo una empresa dedicada a las Energías Renovables en el Sureste de Gran Canaria (No, no reciclo latas, es algo más complejo). Y que conste… no soy intermediario sino representante de varias marcas. La diferencia está en que yo no cobro comisión por venta sino que participo de los beneficios del fabricante sin encarecer el producto y es mi misión ofrecer más garantía de calidad que ellos mismos. ¿Quiere usted conocer mi producto? Yo se lo muestro sin reparos… y usted decide si lo compra o no… ¡¡como debiera ser, chaaacho!!

Bien, la compañía lleva semanas intentando conseguir una huerta fotovoltaica en funcionamiento, sobre un mega de potencia nominal, lo cual no debería ser nada complicado habiendo oferta. Pero no llegamos a cerrar la compra por los malditos intermediarios.

Si tratásemos con el propietario directamente:

-Señor, quiero comprar su producto-

seguramente él nos respondería

-Pues me lo abonan y es suyo, ¿se lo envuelvo o se lo lleva puesto?-.

Vale, pues al haber intermediarios por medio necesitamos:

-Acreditación de la empresa, ¿Quién somos?, ¿Qué hacemos?, ¿Estudias o trabajas?
-Que si L.O.I. (Letter of Intent). A los intermediarios les encanta este tipo de tecnicismos… en castellano castizo es: una cartita de intenciones.

-Que si reconocimiento de honorarios. Por supuesto Señor, entiendo que usted no se alimenta del aire.
-Que si firma de documento de confidencialidad. (Voy a ir corriendo a mi vecina a decirle que Pepe vende chismes fotovoltaicos).

Solo me ha faltado enviarles la marca y talla de mi ropa interior... y aun así sueltan la documentación a cuenta-gotas, haciendo que merme mi paciencia y busque por otro lado. Eso sí... después cobran una desmesurada comisión por ponerlo todo tan difícil. Ahora dudo entre cortarme las venas o dejármelas largas.

Supongo que el propietario estaría enojado al ver el trato que se nos da... que no vamos a gastar cuatro duros, caballeros... que hablamos de millones... pero como no se nos facilita su número no podemos hacerle saber que…

-¡¡Señor, quiero su producto y quiero llevármelo puesto!!-

Pero, los intermediarios no me permiten hacérselo saber.

Imagine usted que va a adquirir un vehículo. Pero solo sabe que tiene cuatro ruedas.

Intermediario:- redácteme una L.O.I.

Usted:- pero dígame si el coche, además de cuatro ruedas tiene motor.

Intermediario:- redácteme un informe personal socio-psicológico sobre usted mismo, currículum vitae y libro de familia.

Usted:- pero solo quiero saber si…

Intermediario:- puedo decirle que es azul

Usted:- ¡¡quiero saber si el coche tiene motor!!

Intermediario:- Adjunte en el dossier una foto del gato.

Al final se encuentra usted a su amigo Fran que le dice:

-Pepe, te vendo un coche, tiene cuatro ruedas, motor y es azul.-

Le garantizo que, esa misma noche, se hace pis en la cama.

En fin, un pequeño retal de la actuación de esa especie denominada "Intermediario", del latín "chupopterus cabronus".

Nota importante:

Con esto no quiero discriminar a aquellos profesionales que viven de la intermediación, sino a aquellos “chaflamejas” que creen que intermediar es enseñar un chuletón y someter al comprador a un tercer grado antes de mostrarle la vaca. (un 5% más cara del precio fijado por el vendedor, oiga).

Si hay que mirar algún aspecto positivo de la crisis que vivimos es que ha fumigado mucho “insectillo” de la especulación de feria y solo los verdaderos profesionales están aguantando el tirón. Pero joder, ¡¡es que no doy con ellos!!

La imagen del panel solar la encontramos en Educa Madrid.

Jorge Arias

Desde un cómodo sillón de una oficina en Energ&renove S. L.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:38 p. m.

    Se te ha ido la oya un poco pero razón no te falta, cierto es que hay mucha gente listilla que se hace rica a consta de el trabajo de unos y la necesidad de otros, aunque los habrá que lo hagan por necesidad. Por desgracia la gente quiere 2 cosas :

    1 - Ser rico.
    2 - No trabajar.

    Desgraciadamente al final los que son ricos son los que menos mojan el culo aprovechandose del resto y a mi también se me fue la cabeza escribiendo el comentario. Ahi lo dejo =)

    Un saludo

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  2. No es el como, sino el qué, Gruncho. A fin de cuentas, es lo que todos pensamos y muy pocos decimos.

    Lo que me gustaría a mi es no dejar de trabajar y disponer de lo que necesite... pero sí, los dos conceptos que tu nombras son muy comunes.

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