Este domingo comenzó con el partido de rigor de cada fin de semana entre el Unión Viera E y el Alcaraván Benjamín. El resultado es lo de menos, pero a título informativo los visitantes ganaron 4 a 7.
David Saavedra volvió a salirse en el partido con otra exhibición y ya no puedo asignarle el sobrenombre de Hat Trick porque ese nombre es sólo para los que meten 3 goles en un partido y hoy metió 5.
El Alcaraván desde el primer jugador hasta el último están demostrando que han conseguido conjuntar un gran equipo y todos los padres estamos orgullosísimos de ellos.
Tras la comida nos fuimos a hacer tiempo y nos metimos en el Museo de la Ciencia de Las Palmas de Gran Canaria que está ahí mismo.
Los dos nos quedamos asombrados con lo que vimos.
No llegamos a entrar al museo propiamente porque no teníamos mucho tiempo. Eso lo dejaremos para la próxima semana, pero sólo lo que hay expuesto a la entrada ya merece todo un post: La máquina de Betancourt.
Agustín de Betancourt fue un prestigioso ingeniero español, tinerfeño para más señas que desarrolló innovadoras máquinas y artilugios muy novedosos para le época y se convirtió en el santo y seña de la ingeniería de la Ilustración en España.
La máquina que está expuesta ahora mismo en el Museo de la Ciencia es todo un hito de la imaginación, de la ingeniería y de la lucha por conseguir el movimiento continuo. En síntesis se trata de una máquina, cuyas partes obtienen energía a partir de una serie de bolitas de madera similares a las de ping pong en tamaño que, al recorrer el circuito completo y mediante saltos, presiones, subidas y bajadas, proporcionan movimiento a otras piezas que unidas milimétricamente y como un reloj permiten que la suma de las pequeñas energías generadas pueda mantener el conjunto en movimiento constante.
Aunque por lo que he leído de Betancourt, ya tenía acceso a la electricidad, dudo mucho que esta máquina se utilizara con este tipo de energía porque de esa forma no dejaría de ser un mero juguetito curioso. Me decanto por aventurar que la máquina era autónoma y su movimiento era tan sólo generado por el paso de las bolitas por su circuito.
Si conoces la verdadera historia y puedes iluminarme, no lo dudes.
En la web del Museo de la Ciencia hay un gráfico en movimiento en dos dimensiones que explica algo el funcionamiento de esta curiosa máquina, pero verlo en directo es algo absolutamente recomendable.
En la imagen una foto que hice con el móvil en el Museo de la Ciencia.
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