Este jueves 1 de Mayo entra en vigor el nuevo Código Penal con el que, según las reformas llevadas a cabo propiciará que 60.000 conductores puedan terminar en la cárcel por circular sin carnet o sin puntos.
Parece apocalíptico, ¿verdad? Pues no creo que haya que preocuparse más de lo normal. Si bien es cierto que es muy bueno que se imponga mano dura a los terroristas del volante y que se apliquen con rigor las leyes y el Código de Circulación se respete para evitar la pérdida de vidas, también es cierto que, tal como funciona por estos lares la justicia, terminar en la cárcel se me antoja harto difícil, al menos por los dos conceptos antes mencionados.
Por no hablar del punto B: con un sistema penintenciario saturado varias veces, no hay 60.000 plazas libres ni creo que las haya nunca.
El sistema de puntos está muy bien y ha conseguido meter el miedo en el cuerpo a algunos que usaban el coche más que como una herramienta como un arma mortífera, pero en otros aspectos el propio sistema de comunicaciones que tenemos hace complicado que respetemos a rajatabla todo lo que deberíamos respetar.
Todavía conservo todos los puntos porque no hago ninguna locura al volante, pero reconozco que por las zonas que me muevo casi a diario, si aplican con rigor la ley, me quedaría sin puntos en un par de días y no por mi culpa, sino porque si no te saltas las normas, acabas mal.
Diariamente tengo que enfrentarme a entradas y salidas de una autopista que pasa por medio de una ciudad y que entre otros alicientes tiene carriles de aceleración de apenas 20 metros y carriles de desaceleración no más largos. Si vas a la velocidad establecida, se te llevan por delante los que van por la autopista, de modo que tienes que pisar para incorporarte a la vía principal y lo mismo para desacelerar o cambiar brúscamente de carril en un punto determinado cuando la autopista se bifurca y lleva a dos lugares diferentes. En algunos momentos me extraña que Fernando Alonso no venga a entrenarse aquí. Algo que creo debería mejorarse.
La imagen de una autopista la encontré en Umich.
Parece apocalíptico, ¿verdad? Pues no creo que haya que preocuparse más de lo normal. Si bien es cierto que es muy bueno que se imponga mano dura a los terroristas del volante y que se apliquen con rigor las leyes y el Código de Circulación se respete para evitar la pérdida de vidas, también es cierto que, tal como funciona por estos lares la justicia, terminar en la cárcel se me antoja harto difícil, al menos por los dos conceptos antes mencionados.
Por no hablar del punto B: con un sistema penintenciario saturado varias veces, no hay 60.000 plazas libres ni creo que las haya nunca.
El sistema de puntos está muy bien y ha conseguido meter el miedo en el cuerpo a algunos que usaban el coche más que como una herramienta como un arma mortífera, pero en otros aspectos el propio sistema de comunicaciones que tenemos hace complicado que respetemos a rajatabla todo lo que deberíamos respetar.
Todavía conservo todos los puntos porque no hago ninguna locura al volante, pero reconozco que por las zonas que me muevo casi a diario, si aplican con rigor la ley, me quedaría sin puntos en un par de días y no por mi culpa, sino porque si no te saltas las normas, acabas mal.
Diariamente tengo que enfrentarme a entradas y salidas de una autopista que pasa por medio de una ciudad y que entre otros alicientes tiene carriles de aceleración de apenas 20 metros y carriles de desaceleración no más largos. Si vas a la velocidad establecida, se te llevan por delante los que van por la autopista, de modo que tienes que pisar para incorporarte a la vía principal y lo mismo para desacelerar o cambiar brúscamente de carril en un punto determinado cuando la autopista se bifurca y lleva a dos lugares diferentes. En algunos momentos me extraña que Fernando Alonso no venga a entrenarse aquí. Algo que creo debería mejorarse.
La imagen de una autopista la encontré en Umich.
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