El comisario internacional Octavio Zaya, hasta ahora responsable de la II Bienal de Arquitectura, Arte y Paisaje ha presentado su dimisión al Viceconsejero de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias con una durísima carta en la que desgrana punto por punto el tipo de cultura que permite el gobierno bananero, sus prácticas, sus mezquindades y otros adjetivos que ponen al descubierto y a las claras cómo funcionan las cosas cuando un puñado de mediocres llevan un cotarro del que no tienen ni repajolera idea.
La carta con la que Zaya ha presentado su dimisión no tiene desperdicio y pone al descubierto todas y cada una de las prácticas caciquiles que se practican en Canarias. Él se refiere básicamente al ámbito cultural, pero con extrapolarlo al resto de ámbitos o disciplinas, tienes una radiografía real y fidedigna de cómo está el patio por estos lares bananarios.
Aunque el estado de las cosas no es nuevo y habría que remontarse varios siglos, ahora mismo estamos viviendo una época en la que los últimos estertores de un gobierno mortecino apuntalado con apaños de dudosa transparencia, está ofreciéndonos lo peor de cada familia.
Uno de los mejores ejemplos es el reparto del pastel de la Televisión Canaria, ese exponente de cultura, entretenimiento y canariedad. PP y Coalición Canaria intentan colocar a sus colegas para que sigan defecando la basura diaria a la que nos tienen acostumbrados, pero en este caso desde esfínteres distintos.
No quiero alargarme mucho, pero llama la atención como desde Coalición Canaria desean mantener ese acabado cutre y gañán de toda la programación. Contaban no hace muchos días en algún medio que no recuerdo exactamente ahora. Puede que fuera Canarias Ahora. Algo sintomático: una productora de la península llega para preparar un programa, hacen un casting para elegir presentador y se deciden por uno. Desde arriba les llaman al orden y les exigen que el presentador tiene que ser el sello bazofiesco del canal, Roberto Kampoff, un individuo que perpetra tal cúmulo de excrementos catódicos que a su lado la telebasura es gloria bendita.
En algún momento he pensado que quizás el Gobierno de Canarias realmente esté velando por todos los canarios y ese nivel de vómito que le están dando a la Televisión Canaria sea todo por nuestro bien: cualquier canario que vaya al infierno, después de ver la Televisión Bananera, creerá sentirse en el paraíso.
En la imagen el comisario Octavio Zaya, poniendo los puntos sobre las ies. La encontré en La Provincia.
La carta con la que Zaya ha presentado su dimisión no tiene desperdicio y pone al descubierto todas y cada una de las prácticas caciquiles que se practican en Canarias. Él se refiere básicamente al ámbito cultural, pero con extrapolarlo al resto de ámbitos o disciplinas, tienes una radiografía real y fidedigna de cómo está el patio por estos lares bananarios.
Aunque el estado de las cosas no es nuevo y habría que remontarse varios siglos, ahora mismo estamos viviendo una época en la que los últimos estertores de un gobierno mortecino apuntalado con apaños de dudosa transparencia, está ofreciéndonos lo peor de cada familia.
Uno de los mejores ejemplos es el reparto del pastel de la Televisión Canaria, ese exponente de cultura, entretenimiento y canariedad. PP y Coalición Canaria intentan colocar a sus colegas para que sigan defecando la basura diaria a la que nos tienen acostumbrados, pero en este caso desde esfínteres distintos.
No quiero alargarme mucho, pero llama la atención como desde Coalición Canaria desean mantener ese acabado cutre y gañán de toda la programación. Contaban no hace muchos días en algún medio que no recuerdo exactamente ahora. Puede que fuera Canarias Ahora. Algo sintomático: una productora de la península llega para preparar un programa, hacen un casting para elegir presentador y se deciden por uno. Desde arriba les llaman al orden y les exigen que el presentador tiene que ser el sello bazofiesco del canal, Roberto Kampoff, un individuo que perpetra tal cúmulo de excrementos catódicos que a su lado la telebasura es gloria bendita.
En algún momento he pensado que quizás el Gobierno de Canarias realmente esté velando por todos los canarios y ese nivel de vómito que le están dando a la Televisión Canaria sea todo por nuestro bien: cualquier canario que vaya al infierno, después de ver la Televisión Bananera, creerá sentirse en el paraíso.
En la imagen el comisario Octavio Zaya, poniendo los puntos sobre las ies. La encontré en La Provincia.
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