Dos noticias esperanzadoras han vuelto a recordarnos que la ciencia sigue en la brecha y que no se detiene. La lucha es larga y dura, pero pequeñas victorias vienen a demostrar que se está en el buen camino.
La primera de ellas tiene como protagonista a un bebé californiano que nació con parálisis cerebral y que padecía graves trastornos psicomotrices. Los médicos tardaron ocho meses en diagnosticarlo y sus padres decidieron entonces transplantarle células madres de su cordón umbilical. Los resultados tras cinco días del tratamiento han sido espectaculares y el niño ya ríe, comienza a caminar y actúa de forma casi normal.
Los expertos médicos advierten que no hay que lanzar las campanas al vuelo sobre este tema y mantener la cautela, aunque son conscientes de que la vía abierta con las células madre para la curación de la parálisis cerebral augura buenas perspectivas.
La otra noticia que nos llena de esperanza es la que aparece en la publicación médica Journal of Neuroscience en la que dan a conocer una nueva técnica que emplea nanofibras para reparar la médula espinal. Los experimentos que ya han sido probados en ratones, han obtenido muy buenos resultados y
Y como colofón, otra de esas noticias para soñar que, a falta de posteriores estudios ha propiciado que un enfermo de alzheimer reconozca después de años a su mujer con un tratamiento que se utilizaba contra la artritis. En este caso, como en los otros dos, habrá que seguir investigando y por supuesto seguiremos manteniendo la calma y la cautela.
Ahora imagínate por un momento que todo el dinero que se tira a la basura o a los cementerios con guerras idiotas, absurdas propiciadas por especuladores y miserables, se empleara en la investigación. Indudablemente los avances serían exponenciales. Ya lo son ahora con menos medios, de modo que imagina lo que podría ser con muchos más medios.
Es lamentable que dirigentes sanguinarios decidan unilateralmente quienes tienen derecho a vivir y quienes sólo tienen el derecho a morir.
La imagen corresponde a las nanofibras empleadas en el experimento vistas a través del microscopio electrónico y que encontré en Technology Review.
La primera de ellas tiene como protagonista a un bebé californiano que nació con parálisis cerebral y que padecía graves trastornos psicomotrices. Los médicos tardaron ocho meses en diagnosticarlo y sus padres decidieron entonces transplantarle células madres de su cordón umbilical. Los resultados tras cinco días del tratamiento han sido espectaculares y el niño ya ríe, comienza a caminar y actúa de forma casi normal.
Los expertos médicos advierten que no hay que lanzar las campanas al vuelo sobre este tema y mantener la cautela, aunque son conscientes de que la vía abierta con las células madre para la curación de la parálisis cerebral augura buenas perspectivas.
La otra noticia que nos llena de esperanza es la que aparece en la publicación médica Journal of Neuroscience en la que dan a conocer una nueva técnica que emplea nanofibras para reparar la médula espinal. Los experimentos que ya han sido probados en ratones, han obtenido muy buenos resultados y
Y como colofón, otra de esas noticias para soñar que, a falta de posteriores estudios ha propiciado que un enfermo de alzheimer reconozca después de años a su mujer con un tratamiento que se utilizaba contra la artritis. En este caso, como en los otros dos, habrá que seguir investigando y por supuesto seguiremos manteniendo la calma y la cautela.
Ahora imagínate por un momento que todo el dinero que se tira a la basura o a los cementerios con guerras idiotas, absurdas propiciadas por especuladores y miserables, se empleara en la investigación. Indudablemente los avances serían exponenciales. Ya lo son ahora con menos medios, de modo que imagina lo que podría ser con muchos más medios.
Es lamentable que dirigentes sanguinarios decidan unilateralmente quienes tienen derecho a vivir y quienes sólo tienen el derecho a morir.
La imagen corresponde a las nanofibras empleadas en el experimento vistas a través del microscopio electrónico y que encontré en Technology Review.
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