viernes, 11 de abril de 2008

El Boicot

Llevo meses pensando qué hacer ante los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en Beijing o Pekín, capital de China.

Algunos ya han tomado cartas en el asunto y han convocado un boicot en toda regla que va sumando adeptos día a día. Yo no tengo las cosas tan claras o quizás sí. Vayamos por partes: un elevado número de atletas que pasan de política y que llevan años preparándose para dar lo mejor de sí mismos, se reunirán este verano en la cita olímpica para hacer valer el lema por el que se convocan estas famosas citas deportivas.

Creo que es una canallada que por motivos ajenos a lo deportivo, esos atletas sean ninguneados por hechos que no les conciernen en absoluto por lo que considero injusto que un país decida no acudir: privaría a sus deportistas de la posibilidad de medirse ante la élite mundial y minimizaría los logros de los que si acudieran porque no conseguirían sus objetivos ante los mejores, sino a una selección de los mejores que sí acudieron. Bajo estas premisas mi opción es clara: no al boicot deportivo a los Juegos Olímpicos de Pekín.

Por otro lado el régimen chino se está convirtiendo en este comienzo de siglo en el ejemplo vivo de todo lo contrario que propugnan estas citas deportivas pasándose por el forro los derechos humanos, el derecho a la vida, a la paz, a la libertad y en definitiva a todo lo que huela a democracia, que aunque es un sistema bastante mejorable, es lo menos malo que tenemos.

Yo creo que sería mejor que el boicot fuera contra el COI, caterva de miserables que decidieron darle a China el premio gordo de los juegos, premiando de este modo esa inmensa fábrica de mano de obra esclava, base ahora mismo de la economía occidental.

Cuando en verano veas a los atletas batir marca tras marca y veas su atuendo, piensa que en su mayoría está fabricado en China por esclavos o niños a cambio de poco más de un plato de arroz al día. El gigante asiático es lo peor del comunismo y lo peor del capitalismo al mismo tiempo y juegan en el filo de los dos sistemas, con notable eficacia.

El culpable es el COI y a ese organismo maligno y cómplice hay que boicotear. No a China ni a los atletas. El país va a lo suyo y los atletas militan exclusivamente en lo deportivo.

El ejemplo que ha dado el COI al resto del mundo es muy peligroso porque los países que quieran obtener los próximos Juegos Olímpicos deberán aportar esclavos y asesinos para que la economía global pueda seguir matando de hambre a los trabajadores del resto del mundo.

Resulta curioso y esperpéntico que el desfile de la antorcha olímpica por medio mundo anunciando los Juegos y, en teoría, proclamando sus bondades, tenga que estar custodiada por legiones de policías e incluso el ejército para que los elementos que protestan ante la sistemática violación de los derechos humanos consigan apagarla físicamente y de forma metafórica ante lo que se avecina.

El asesinato de tibetanos supongo que no será disciplina olímpica ni el fusilamiento de desafectos al régimen repugnante. En unos meses lo veremos.

En la imagen unos policías se entrenan para las pruebas de la caza al insurgente. La encontré en Río Negro.

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