Una mujer coge a su hijo muerto en los brazos, mientras llora por su otro hijo de seis años de edad, Dhiya Thamer, que fue asesinado cuando su coche fue atacado por pistoleros desconocidos en Baqouba, capital de Iraq de la provincia de Diyala, a 60 kilómetros ( 35 millas) al noreste de Bagdad, el domingo 16 de septiembre, 2007.
El niño de diez años de edad, (en la foto) y hermano de Qusay, fue herido en un ataque cuando la familia regresaba de matricular a los niños en la escuela, donde Dhiya estaba a punto de comenzar su primer año.
No se me ocurre nada más que añadir al pie de foto que aparece junto a esta imagen. La encontré en 2007 Photojournalism Seminar Contest.
El niño de diez años de edad, (en la foto) y hermano de Qusay, fue herido en un ataque cuando la familia regresaba de matricular a los niños en la escuela, donde Dhiya estaba a punto de comenzar su primer año.
No se me ocurre nada más que añadir al pie de foto que aparece junto a esta imagen. La encontré en 2007 Photojournalism Seminar Contest.
4 comentarios:
Las guerras son demasiado tristes e injustas para la mayoría. Tal como dices, la foto lo dice todo y no hace falta añadir nada más. Es una mezcla de impresionante, tierna, injusta.
Un saludo
Yo utilizaría mejor el adjetivo estremecedora, para la foto.
Casi nunca nos damos cuenta del dolor personal tan atroz de individuos anónimos en las guerras absurdas, injustas y canallas.
Terrible, no imagino el dolor tan grande que están padeciendo en tantos y tantos conflictos bélicos como hay por el mundo
Por lo que parece Dios, Alá, Yavhe o el que estuviera de guardia ese día no hizo bien su trabajo.
Besos y abrazos a alegir
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