A raíz de la denuncia de la SGAE a la CNT y su planteamiento me vino a la mente algo sobre lo que quería escribir hace algunos días y que quizás pueda servirte de ayuda si tienes un blog y quieres seguir mostrando tus opiniones sin que te caigan denuncias.
El código penal es el que hay que consultar en estos casos y contrastarlo con el artículo 20 de la Constitución.
De este modo si queremos llamar ladrón a alguien que no haya sido condenado por ladrón, nos arriesgamos a que nos denuncie por intromisión a su honor, pero si llamamos ladrón a alguien que sí ha sido condenado por ladrón o estafador, podemos hacerlo porque ya no se trata de una intromisión a su honor, sino de un hecho que ya ha constatado un Tribunal.
El caso de los Albertos es claro. ¡Hola ladrones!, ¡Hola estafadores!
Ves, no pasa nada. Se puede decir siempre que quieras porque sentencias de 2 tribunales los han declarado ladrones. !Hola ladrones! Me refiero a los ladrones y estafadores Alberto Cortina y Alberto Alcocer.
Curiosamente el Tribunal Constitucional está todavía decidiendo si devuelven el dinero que robaron o pueden quedárselo como premio a sus hazañas. Pero la ley creo que rige para todos los españoles, exceptuando a los Albertos, a los que, no obstante se les puede seguir llamando ladrones. ¡Hola ladrones!
Por supuesto me libraré mucho de llamarlos "honrados" y "honestos" porque dada la peculiaridad de los personajes podrían considerarlo un insulto y querellarse contra mí.
Por mucho que nos gustara hacerlo, todavía no podemos llamar ladrones sin consecuencias a la SGAE y sus compinches porque la fiscalía todavía está determinando si merecen este calificativo.
Si la investigación concluye y son considerados culpables de los delitos que se les imputan, seré el primero que los trate con sus nuevos títulos.
Aunque en muchas ocasiones lo que escribo es duro, siempre procuro mirar las definiciones de los adjetivos que uso para no incurrir en ningún tipo de delito. Además me sirve también para ampliar vocabulario que no está nada mal. Quizás también influya en parte la deformación profesional como periodista, pero si adquieres este sencillo hábito, seguro que puedes escribir lo que te plazca sin preocuparte de nada.
La imagen de la justicia la encontré en el blog de Andrea Balbontin.
El código penal es el que hay que consultar en estos casos y contrastarlo con el artículo 20 de la Constitución.
De este modo si queremos llamar ladrón a alguien que no haya sido condenado por ladrón, nos arriesgamos a que nos denuncie por intromisión a su honor, pero si llamamos ladrón a alguien que sí ha sido condenado por ladrón o estafador, podemos hacerlo porque ya no se trata de una intromisión a su honor, sino de un hecho que ya ha constatado un Tribunal.
El caso de los Albertos es claro. ¡Hola ladrones!, ¡Hola estafadores!
Ves, no pasa nada. Se puede decir siempre que quieras porque sentencias de 2 tribunales los han declarado ladrones. !Hola ladrones! Me refiero a los ladrones y estafadores Alberto Cortina y Alberto Alcocer.
Curiosamente el Tribunal Constitucional está todavía decidiendo si devuelven el dinero que robaron o pueden quedárselo como premio a sus hazañas. Pero la ley creo que rige para todos los españoles, exceptuando a los Albertos, a los que, no obstante se les puede seguir llamando ladrones. ¡Hola ladrones!
Por supuesto me libraré mucho de llamarlos "honrados" y "honestos" porque dada la peculiaridad de los personajes podrían considerarlo un insulto y querellarse contra mí.
Por mucho que nos gustara hacerlo, todavía no podemos llamar ladrones sin consecuencias a la SGAE y sus compinches porque la fiscalía todavía está determinando si merecen este calificativo.
Si la investigación concluye y son considerados culpables de los delitos que se les imputan, seré el primero que los trate con sus nuevos títulos.
Aunque en muchas ocasiones lo que escribo es duro, siempre procuro mirar las definiciones de los adjetivos que uso para no incurrir en ningún tipo de delito. Además me sirve también para ampliar vocabulario que no está nada mal. Quizás también influya en parte la deformación profesional como periodista, pero si adquieres este sencillo hábito, seguro que puedes escribir lo que te plazca sin preocuparte de nada.
La imagen de la justicia la encontré en el blog de Andrea Balbontin.
4 comentarios:
Pues que pena que no podamos llamarles ladrones de forma legal, pero siempre podemos esperar que haya sentencia firma y los declaren ladrones, entonces podremos llamarles ladrones sin temor a que nos demanden por llamarles ladrones.
Hay que ser serio y no llamar ladrones a aquellos que aún no son ladrones reconocidos.
:D
Bueno, siempre puedes llamarles presuntos ladrones, y poner pancartas sgae=presuntos ladrones en el balcón de tu casa.
De hecho aunque se perdiese el juicio podrías seguirles llamando "acusados de ladrones", y canviar la pancarta de tu balcón por SGAE=Acusados de ladrones. Puesto que en castellano el tiempo verbal pasado y presente es idéntico.
J.R., ya sabes como están de quisquillosos en la SGAE. A todos nos gustaría tratarlos con los adjetivos correctos, pero hay que respetar la ley.
Tendremos que esperar un poquito por lo que se ve.
Anónimo, el llamarlos presuntos está bien, pero no tiene la fuerza del adjetivo sólo. Pero se agradece mucho la sugerencia.
Un abrazo a los dos
Entonces puedo llamar estafadores y ladrones a los que ya han sido juzgados?
Diario el Pais 1994
Invest Ibérica dispuso para sus propios fines de unos 6.000 millones de pesetas que no eran de su propiedad, sino de clientes y de entidades depositarias, como el Banco Exterior de España. De esta cantidad, unos 4.000 millones han sido transferidos al extranjero directamente por Invest Ibérica o a través de sociedades instrumentales vinculadas al grupo de James Sheehan. Para distraer fondos aportados por sus clientes o para disponer ilegalmente de valores cuya custodia y depósito tenía encomendados, Invest cruzó operaciones de compra venta en nueve instrumentales: Gesdinver, Indeaces, Esdega, Gesmodepa, Padega, Serdepa, Acciodepa, Acenpa y Rentadepa.En todas las sociedades citadas actúa de administrador Juan Pablo Ricart Carratalá, mientras que el abogado Tomás Ragué aparece como socio constituyente, según las ,inscripciones del Registro Mercantil de Barcelona consultadas por este diario.
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