Los avances científicos y técnicos no dejan de sorprenderme. Y, si bien ya conocía hace tiempo la existencia de insectos depredadores que se introducen en los cultivos para acabar con los parásitos, esta nueva creación de la empresa británica Oxitec, va más allá.
El dengue es una enfermedad letal que desgraciadamente acaba con demasiadas personas en países en vías de desarrollo y hasta el momento los tratamientos no estaban dando resultados positivos. Por ello, se va a atacar directamente al causante del problema y portador del virus, el mosquito Stegomya aegypti.
La idea es tan simple que resulta genial. Se trata de hacer de dioses y crear machos de esta especie modificados genéticamente para que, tras aparearse con las hembras de la especie original, generen descendientes portadores de genes que provocan su muerte antes de que puedan aparearse.
El dengue es una enfermedad como para tomarse en serio porque afecta cada año a 100 millones de personas y mata a 5 millones anualmente, según los datos que encontré en Wired.
La reflexión que podríamos hacernos es si es ético modificar genéticamente una especie para acabar con ella, aunque sea dañina para el ser humano. No sé si deberían controlarse este tipo de prácticas o fomentarse, pero, una vez dentro de esa dinámica, se podría dañar el frágil equilibrio que mantiene con vida todo el ecosistema.
Por ejemplo, ¿qué harán los animales que se alimentan de los mosquitos que producen dengue? Aves y otros insectos mayores, al disminuir drásticamente su número, tendrán que modificar sus pautas nutritivas. Un debate que todavía no ha hecho más que empezar.
Siendo una excelente noticia la erradicación del dengue, las consecuencias para otras especies que tienen al mosquito como sustento, podrían ser devastadoras.
En la imagen, un mosquito Stegomya aegypti posa amablemente para Crónicas de Esperantia. Lo encontré en Wired.
El dengue es una enfermedad letal que desgraciadamente acaba con demasiadas personas en países en vías de desarrollo y hasta el momento los tratamientos no estaban dando resultados positivos. Por ello, se va a atacar directamente al causante del problema y portador del virus, el mosquito Stegomya aegypti.
La idea es tan simple que resulta genial. Se trata de hacer de dioses y crear machos de esta especie modificados genéticamente para que, tras aparearse con las hembras de la especie original, generen descendientes portadores de genes que provocan su muerte antes de que puedan aparearse.
El dengue es una enfermedad como para tomarse en serio porque afecta cada año a 100 millones de personas y mata a 5 millones anualmente, según los datos que encontré en Wired.
La reflexión que podríamos hacernos es si es ético modificar genéticamente una especie para acabar con ella, aunque sea dañina para el ser humano. No sé si deberían controlarse este tipo de prácticas o fomentarse, pero, una vez dentro de esa dinámica, se podría dañar el frágil equilibrio que mantiene con vida todo el ecosistema.
Por ejemplo, ¿qué harán los animales que se alimentan de los mosquitos que producen dengue? Aves y otros insectos mayores, al disminuir drásticamente su número, tendrán que modificar sus pautas nutritivas. Un debate que todavía no ha hecho más que empezar.
Siendo una excelente noticia la erradicación del dengue, las consecuencias para otras especies que tienen al mosquito como sustento, podrían ser devastadoras.
En la imagen, un mosquito Stegomya aegypti posa amablemente para Crónicas de Esperantia. Lo encontré en Wired.
3 comentarios:
Me voy a mojar, aunque antes quiero decir que disiento de los datos epidemiológicas de Wired. Como me parecieron muy exagerados he consultado un par de fuentes a las que doy crédito, el Pan American Journal of Public Health (http://journal.paho.org/?s=%20dengue/epidemiology) y el World Health y el número máximo de infectados no supera los 50 millones (sólo unos 500.000 son hospitalizados), la mitad de los que señala Wired. La diferencia de muertos es aún más espectacular: nunca superarían los 24.000 muertes anuales frente a los cinco millones de Wired. Como he escrito arriba, creo que las cifras están hinchadas.
Me mojo ya: no veo problemas éticos serios en la extinción del Aedes aegypti. Estos son mis argumentos:
- La extinción de las especies es algo frecuente en la historia de la vida. ¿Sabíais que se calcula que el 90 % de las especies que han existido en el planeta ya se han extinguido?. Esto me hace menos romántico ante la pena por la pérdida de una especie.
- Como acertadamente dice el artículo de Crónicas de Esperantia, hay que tener en cuenta si la extinción de esta especie puede suponer la extinción de otras. En este caso parece poco probable ya que son muchas las especies de mosquito que coexisten con el Aedes aegypti y rápidamente ocuparán su lugar manteniendo la densidad de las poblaciones de mosquitos que servirán de alimento a las aves insectivoras. No hay que temer que algunas plantas dejen de ser polinizadas por este insecto ya que es hematófago y, por lo tanto, no se relaciona con las plantas.
Dicho esto, que a mí me valdría igual para el mosquito Anopheles, cuya hembra transmite la malaria, quiero expresar mi inquietud general ante la manipulación genética cuyas consecuencias aún no se pueden prever del todo. Lo que menos me gusta de la técnica presentada por Oxitec es que para la selección de cepas de "mosquitos letales" utilizan Tetraciclina, un antibiótico. El uso de lo antibióticos en modificaciones genéticas tiene serio riesgo de aumentar la resistencia a estos medicamentos.
¿Ves Fran?, esto es lo que pasa cuando recoges noticias de este tipo.... ¡me enrrollo demasiado!.
Quedo a la espera de otras opiniones o indicaciones al respecto que puedan ampliar y, sobre todo, rebatir, las que he escrito. Al fin y al cabo así avanza el conocimiento, ¿no?
Un cordial saludo a todos,
Víctor
Por su puesto que es positivo hacer un estudio sobre cómo pueden afectar este tipo de deciciones a otras especies. Creo que si el daño es menor, y el beneficio para el ser humano es importante, resulta acertado este tipo de alteraciones. Puede que me haya marcado algo, lo poco que leí de Heidegger (filósofo nazi), pero sostengo que el ser humano fundamenta la existencia. Las cosas tienen sentido porque nosotros se lo damos. Sé que estas palabras suenan autoritarias y soberbias, pero es lo que más o menos, siento.
Saludos!!
Victor, es un verdadero placer leerte y más aún teniendo en cuenta tus conocimientos de ciencia que ayudan a clarificar mucho más los artículos que escribo. Un neófito en ciencia como yo agradece enormemente tus aportaciones.
Vayamos al grano. En primer lugar, tal como puntualizas, a mí también me parecieron muy exageradas las cifras de infectados y fallecidos por el dengue. Por ello, y a pesar de mis dudas, reflejé el dato que aparece en el artículo de Wired, para dar cifras. Con tu clarificación queda claro que mis sospechas no eran infundadas y los números no son tan negativos como podría parecer a simple vista. Gracias por tu completa aclaración.
Con respecto al dilema ético de la modificación genética de especies y por extensión de hábitats creo que, si bien los depredadores que no encuentren a sus presas habituales porque hayan sido diezmadas o aniquiladas por modificaciones genéticas, buscarán otros animales, pero, y aquí está mi duda, el hecho de cambiar las conductas de unos animales ya cambia todo el ecosistema. Recordemos que el equilibrio natural es muy frágil y el hecho de que unos pàjaros, por ejemplo, tengan que alimentarse de otro tipo de presas, variará su ingestión de nutrientes, sus pautas de caza, sus lugares de caza, etc y , aunque parezca simple, pequeños cambios en muchas especies, producen grandes cambios.
Sobre la desaparición de las especies, no creo que sea malo o bueno, es simple evolución. Ahora nos quejamos del cambio climático, pero no dejará de ser una modificación que cambiará algo, pero los seres humanos y las especies se aclimatarán a los nuevos cambios.
No quiero alargarme mucho con este comentario, pero no quería dejar de contar un par de hechos que me llamaron la atención sobre el tema. El primero es el juego Sim Earth, en el que tienes que jugar a ser Dios con las especies. Tenías que establecer un equilibrio exacto entre depredadores y presas en un entorno para que ninguna de las dos especies se extinguiera y, creeme, era harto complicado.
Otra reflexión que me hice hace tiempo es que en el principio de los tiempos cuando en la tierra la atmósfera estaba compuesta por elementos que hoy en día son irrespirables para nosotros, eran el hábitat ideal para lo que hubiera en aquellos tiempos. Se produjo un cambio climático brutal a lo largo de los siglos y en aquella tierra idílica para la atmósfera con metano, llegó un elemento dañino y letal para ese ecosistema: el oxígeno. Como el oxígeno era venenoso y mortal para aquellos supuestos habitantes, supongo que microscópicos, de la tierra, se extinguieron y dieron lugar a otros seres que sí podían respirar en la nueva atmósfera.
Quizás dentro de miles de millones de años haya otro cambio climático y los que respiramos oxígeno nos extingamos porque otro cambio brutal, crea una atmósfera de otro tipo.
Youth, creo que tal como dices, sería cuestión de plantearse si es mejor dejar que la naturaleza y la evolución haga su trabajo o modificarla nosotros a nuestro antojo.
Yo ahora mismo soy partidario de buscar sobre todas las cosas el beneficio de los seres vivos. Si modificando genéticamente ciertas especies, podemos contribuir al beneficio del planeta, animales y plantas incluidas.
Un abrazo a los dos
Publicar un comentario