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La imagen que ha elegido UNICEF como la mejor del año, mete el dedo en la llaga en una lacra que convive mansamente en algunos países donde la mezcla de religión y cultura induce a que los derechos de los niños sean violados sistemáticamente sin que nadie haga algo por impedirlo.
La escalofriante foto es obra de la fotógrafa estadounidense Stephanie Sinclair y muestra a un hombre de 40 años con su "esposa" de 11 años que compró a su familia que no tuvo otro remedio que venderla para poder comer.
3 comentarios:
Es inaudito que existan estas cosas todavía en el mundo. Es una vergüenza.
A mi se pone la piel de gallina cuando veo que aún pasan estas cosas.Pobre niña, a mi ese hombre me da miedo. Me dan ganas de llorar y de gritar,
Rosi
Conrado, me alegro que pienses casi lo mismo que yo en este aspecto.
María Jimeno a mi también se me pone muy mal cuerpo cuando veo estas cosas.
Abrazos o besos a elegir.
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