Si no vives en Canarias, quizás te sorprenda el hecho de que en una zona perteneciente a un país en el que el Estado de Derecho es el garante de las libertades, ocurran hechos lamentables como el que protagonizan caciques de medio pelo.
Bananaria, la república de bananeros en el que el Gobierno de Canarias ha convertido al archipiélago canario es, una vez más, triste protagonista de un deleznable hecho que demuestra a las claras en manos de qué tipo de gentuza estamos.
La historia comienza cuando el salva patrias, editor de El Día, periódico que se edita en Tenerife, ve peligrar la venta de su diario por la irrupción de repartidores de ejemplares del gratuito Metro.
El editor de marras es conocido por sus estrafalarias arengas y sus flamígeros editoriales. A mi en principio me hacían gracia, posteriormente me dieron pena y ahora siento lástima por este vejete y me llama la atención que los psiquiatras no hayan acudido prestos a ayudarle en su, más que presumible, pérdida del sentido de la realidad.
Curiosamente y casi al mismo tiempo el Ayuntamiento de Santa Cruz gobernado por PP y Coalición Canaria se disponen a sacar una ordenanza para impedir que los repartidores puedan realizar su labor.
Lógicamente la medida ha sido criticada por los medios independientes que ven en ella el ramalazo caciquil de los protagonistas.
La imagen de algunos ejemplares de diarios gratuitos españoles al encontré en Wikimedia.
Bananaria, la república de bananeros en el que el Gobierno de Canarias ha convertido al archipiélago canario es, una vez más, triste protagonista de un deleznable hecho que demuestra a las claras en manos de qué tipo de gentuza estamos.
La historia comienza cuando el salva patrias, editor de El Día, periódico que se edita en Tenerife, ve peligrar la venta de su diario por la irrupción de repartidores de ejemplares del gratuito Metro.
El editor de marras es conocido por sus estrafalarias arengas y sus flamígeros editoriales. A mi en principio me hacían gracia, posteriormente me dieron pena y ahora siento lástima por este vejete y me llama la atención que los psiquiatras no hayan acudido prestos a ayudarle en su, más que presumible, pérdida del sentido de la realidad.
Curiosamente y casi al mismo tiempo el Ayuntamiento de Santa Cruz gobernado por PP y Coalición Canaria se disponen a sacar una ordenanza para impedir que los repartidores puedan realizar su labor.
Lógicamente la medida ha sido criticada por los medios independientes que ven en ella el ramalazo caciquil de los protagonistas.
La imagen de algunos ejemplares de diarios gratuitos españoles al encontré en Wikimedia.
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