Dos días después de darse a conocer la sentencia del 11-M estamos viviendo una curiosa batalla mediática entre los partidarios de una y otra tesis sobre lo que realmente ocurrió aquel fatídico 11 de Marzo de 2004 en Madrid. Puedes hacerte una idea con las portadas del día siguiente a la sentencia.
Es curioso como es interpretado un mismo texto según se esté a un lado u otro de la trinchera.
Mientras para unos, está todo clarísimo, para otros no hay nada que encaje y en base a esas premisas siguen elaborando editoriales, defendiendo a capa y espada lo que desde un primer momento han abanderado y una serie de acólitos los siguen a pies juntillas y comulgan con todo lo que les dicen.
Vayamos por partes: La sentencia se refiere a los hechos que se han podido juzgar en base a las pruebas que les han facilitado a los jueces en la instrucción del sumario. Una instrucción que, entre otras cosas, no pudo determinar que estalló en los trenes. Si no se puede determinar ese punto, el resto hace aguas por todas partes, aunque en la sentencia se haya querido hacer una pirueta y deducir que todo el explosivo provenía de mina Conchita o que una mochila errabunda de la que no se sabe a ciencia cierta de dónde salió sea la pista más importante.
Desde el primer momento pensé que resulta inaudito que después de que estallen 4 trenes, en plena era de los laboratorios científicos, del ADN, etc, no se pueda determinar algo así. Son 4 trenes. No son 4 bicicletas ni 4 coches.
Otra de las piruetas que me han llamado la atención en la sentencia es la relativa el vehículo Renault Kangoo que tras ser inspeccionado por perros y agentes policiales aparezca vacío y a las pocas horas esté lleno de objetos.
Esas dos incógnitas me impiden elaborar una teoría, entre otras cosas porque me faltan datos y cuando faltan datos, es mejor esperar a que aparezcan o se despejen las incógnitas.
El hecho de que a falta de dos detalles fundamentales muchos den por bueno el relato completo de los acontecimientos o que los conspiranoicos elaboren alambicadas teorías, precisamente por la falta de esos datos, a mi no me sirve.
La ausencia de un instigador, autor intelectual, jefe de la banda o como quieras llamarlo, también me llena de duda. Creo que un atentado de esta magnitud les venía demasiado grande a los que nos dicen que fueron los autores materiales.
En la sentencia el relato de los hechos está bien argumentado, siempre que se tenga en cuenta que pasa por alto qué estalló realmente en los trenes.
Afortunadamente hay todavía 4 sumarios abiertos en relación con el 11-M que seguramente arrojarán algo de luz a este atentado.
La imagen de uno de los trenes siniestrados el 11-M la encontré en El Mundo.
Es curioso como es interpretado un mismo texto según se esté a un lado u otro de la trinchera.
Mientras para unos, está todo clarísimo, para otros no hay nada que encaje y en base a esas premisas siguen elaborando editoriales, defendiendo a capa y espada lo que desde un primer momento han abanderado y una serie de acólitos los siguen a pies juntillas y comulgan con todo lo que les dicen.
Vayamos por partes: La sentencia se refiere a los hechos que se han podido juzgar en base a las pruebas que les han facilitado a los jueces en la instrucción del sumario. Una instrucción que, entre otras cosas, no pudo determinar que estalló en los trenes. Si no se puede determinar ese punto, el resto hace aguas por todas partes, aunque en la sentencia se haya querido hacer una pirueta y deducir que todo el explosivo provenía de mina Conchita o que una mochila errabunda de la que no se sabe a ciencia cierta de dónde salió sea la pista más importante.
Desde el primer momento pensé que resulta inaudito que después de que estallen 4 trenes, en plena era de los laboratorios científicos, del ADN, etc, no se pueda determinar algo así. Son 4 trenes. No son 4 bicicletas ni 4 coches.
Otra de las piruetas que me han llamado la atención en la sentencia es la relativa el vehículo Renault Kangoo que tras ser inspeccionado por perros y agentes policiales aparezca vacío y a las pocas horas esté lleno de objetos.
Esas dos incógnitas me impiden elaborar una teoría, entre otras cosas porque me faltan datos y cuando faltan datos, es mejor esperar a que aparezcan o se despejen las incógnitas.
El hecho de que a falta de dos detalles fundamentales muchos den por bueno el relato completo de los acontecimientos o que los conspiranoicos elaboren alambicadas teorías, precisamente por la falta de esos datos, a mi no me sirve.
La ausencia de un instigador, autor intelectual, jefe de la banda o como quieras llamarlo, también me llena de duda. Creo que un atentado de esta magnitud les venía demasiado grande a los que nos dicen que fueron los autores materiales.
En la sentencia el relato de los hechos está bien argumentado, siempre que se tenga en cuenta que pasa por alto qué estalló realmente en los trenes.
Afortunadamente hay todavía 4 sumarios abiertos en relación con el 11-M que seguramente arrojarán algo de luz a este atentado.
La imagen de uno de los trenes siniestrados el 11-M la encontré en El Mundo.
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