No es una afiebrada historia de ciencia ficción, ni de una película del cine catástrofe, sino que se trata del estudio que están realizando científicos suizos en un método para "estimular" las capas del subsuelo. Así provocando temblores de tierra; se intenta sustituir a los grandes terremotos por movimientos de menor dimensión.
La mañana del pasado 6 de enero, la tierra volvió a temblar en Basilea, Suiza. Un movimiento telúrico como ése, de magnitud 3,1 grados en la escala de Richter, es cosa de todos los días, o por lo menos, lo es para el equipo de investigaciones geotérmicas conocido como "Deep Heat Mining", algo así como "Minería al calor extremo".
Uno de los grandes misterios del planeta Tierra consiste en encontrar la manera de predecir los terremotos y prevenir sus daños.
El equipo científico suizo utilizó el único método que actualmente se encuentra en etapa experimental: la liberación artificial de energía con inyecciones de agua en grandes cantidades, de esta manera se recurre así a la tesis clásica, según la cual es posible evitar un gran temblor de tierra si antes se producen otros de mucha menor dimensión.
La ecuación parece sencilla: dividir en muchos episodios la energía que se acumula bajo la superficie terrestre, pero las cosas se complican en el método.
Los científicos suizos creen que es posible evitar temblores de tierra si se "estimula", a través de las mencionadas inyecciones, determinados puntos del subsuelo donde se concentra la liberación de la energía; hasta ahora, esto sólo se ha logrado de manera accidental.
Otro problema es el número de incidentes necesarios para liberar la energía de un gran terremoto. Por ejemplo, un temblor de grado 4 sólo puede ser evitado si se inducen 30 movimientos menores, así que la necesidad de precisión se ve incrementada casi exponencialmente, en lo que constituye uno de los grandes retos para el equipo científico de Basilea.
Pero éstos no pierden la esperanza de encontrar pronto una solución a los grandes enigmas que se esconden bajo la superficie de la Tierra.
Quizás estemos en las puertas de la predicción de los terremotos, que es una de las catástrofes que más asolan a la humanidad por sus consecuencias desastrosas.
Así que mientras mas tiemble en el subsuelo de Basilea las perspectivas serán muy buenas.
La imagen la encontré en J. Marcano.
Rodolfo Coricelli
La mañana del pasado 6 de enero, la tierra volvió a temblar en Basilea, Suiza. Un movimiento telúrico como ése, de magnitud 3,1 grados en la escala de Richter, es cosa de todos los días, o por lo menos, lo es para el equipo de investigaciones geotérmicas conocido como "Deep Heat Mining", algo así como "Minería al calor extremo".
Uno de los grandes misterios del planeta Tierra consiste en encontrar la manera de predecir los terremotos y prevenir sus daños.
El equipo científico suizo utilizó el único método que actualmente se encuentra en etapa experimental: la liberación artificial de energía con inyecciones de agua en grandes cantidades, de esta manera se recurre así a la tesis clásica, según la cual es posible evitar un gran temblor de tierra si antes se producen otros de mucha menor dimensión.
La ecuación parece sencilla: dividir en muchos episodios la energía que se acumula bajo la superficie terrestre, pero las cosas se complican en el método.
Los científicos suizos creen que es posible evitar temblores de tierra si se "estimula", a través de las mencionadas inyecciones, determinados puntos del subsuelo donde se concentra la liberación de la energía; hasta ahora, esto sólo se ha logrado de manera accidental.
Otro problema es el número de incidentes necesarios para liberar la energía de un gran terremoto. Por ejemplo, un temblor de grado 4 sólo puede ser evitado si se inducen 30 movimientos menores, así que la necesidad de precisión se ve incrementada casi exponencialmente, en lo que constituye uno de los grandes retos para el equipo científico de Basilea.
Pero éstos no pierden la esperanza de encontrar pronto una solución a los grandes enigmas que se esconden bajo la superficie de la Tierra.
Quizás estemos en las puertas de la predicción de los terremotos, que es una de las catástrofes que más asolan a la humanidad por sus consecuencias desastrosas.
Así que mientras mas tiemble en el subsuelo de Basilea las perspectivas serán muy buenas.
La imagen la encontré en J. Marcano.
Rodolfo Coricelli
3 comentarios:
¿No sería más conveniente que dejáramos a la naturaleza seguir su curso?
¿A quien beneficiará esto? ¿Cobrarán mucho porque en tu pais no haya grandes terremotos?
¿Por qué no se cumplen los acuerdos ecológicos y se gasta tanto dinero en experimentación?
Bueno amigo, solo he venido a plantear interrogantes, pero tu post me los ha suscitado.
Saludos
Totalmente de acuerdo en lo que planteas. No tengo las respuestas a tus interrogantes, pero en este post nos limitamos a exponer los hechos y a reseñar algo que está ocurriendo, pero que, dentro de lo malo, tiene sus ventajas porque se trata básicamente de crear terremotos pequeñitos para que no se desaten los grandes.
Un abrazo
El tratar de predecir los terremotos tiene la misma o mayor trascendencia que cuando se anticipa la llegada de un huracan, o un tsunami, sirve para salvar vidas humanas.
Y realizar este tipo de experiencias, no es ir contra la naturaleza, sino por el contrario es tratar de comprenderla y saber servirse de ella preservandola y a su vez protejer a los seres humanos
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