Tuve la suerte de ver el otro día un excelente documental sobre la Globalización y en formato de entrevistas múltiples con imágenes daban sus impresiones destacados pensadores sobre este fenómeno que despierta división de opiniones, según quien opine.
Personalmente pienso que se ha globalizado todo lo malo y deberían haber empezado por globalizar todo lo positivo que tiene nuestra sociedad, en lugar de hacer todo lo contrario. El Neoliberalismo está creando verdaderas bolsas de pobreza en el mal llamado primer mundo que se suman a las ingentes comunidades que viven enteramente en la pobreza en los países pobres o como eufemísticamente se dice, en vías de desarrollo.
En estos momentos la globalización consiste en que en una ciudad del primer mundo se pueden comprar unos zapatos de 300 euros o dólares que ha hecho un niño a cambio de un plato de arroz en el tercer mundo. Con este sistema los gobiernos de cada país pintan cada vez menos y son las grandes corporaciones las que cortan el bacalao y lacayos del nivel de Aznar, que les importa un pimiento los seres humanos con tal de apoyar guerras y ventas de armas, a pesar de que sean evidentemente injustas, van cacareando los bondades de un sistema perverso sin inmutarse.
Y las ataduras del Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio constituyen un lastre insalvable para muchos países que, a pesar de su riqueza, deben dedicar la mayor parte de sus ingresos a pagar sus deudas.
Pero vayamos al tema: En el documental que tuve la ocasión de ver, Eduardo Galeano contaba una curiosa e ilustrativa anécdota en la que decía que un cocinero reunió un día en su cocina a cerdos, vacas, terneras gallinas, gansos y conejos y les hizo la siguiente pregunta: ¿Con qué salsa desean ser cocinados?
Todos se quedaron pensando excepto la gallina que dijo que ella no quería ser cocinada.
Creo que deberíamos plantarnos como este animal en la fábula de Galeano y decir no a ser cocinados e intentar cambiar en la medida de nuestras posibilidades el sistema. De no ser así, puedes seguir escogiendo la salsa en la que quieres ser cocinado.
La imagen del guiso lo encontré en Dallas Foods.
Personalmente pienso que se ha globalizado todo lo malo y deberían haber empezado por globalizar todo lo positivo que tiene nuestra sociedad, en lugar de hacer todo lo contrario. El Neoliberalismo está creando verdaderas bolsas de pobreza en el mal llamado primer mundo que se suman a las ingentes comunidades que viven enteramente en la pobreza en los países pobres o como eufemísticamente se dice, en vías de desarrollo.
En estos momentos la globalización consiste en que en una ciudad del primer mundo se pueden comprar unos zapatos de 300 euros o dólares que ha hecho un niño a cambio de un plato de arroz en el tercer mundo. Con este sistema los gobiernos de cada país pintan cada vez menos y son las grandes corporaciones las que cortan el bacalao y lacayos del nivel de Aznar, que les importa un pimiento los seres humanos con tal de apoyar guerras y ventas de armas, a pesar de que sean evidentemente injustas, van cacareando los bondades de un sistema perverso sin inmutarse.
Y las ataduras del Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio constituyen un lastre insalvable para muchos países que, a pesar de su riqueza, deben dedicar la mayor parte de sus ingresos a pagar sus deudas.
Pero vayamos al tema: En el documental que tuve la ocasión de ver, Eduardo Galeano contaba una curiosa e ilustrativa anécdota en la que decía que un cocinero reunió un día en su cocina a cerdos, vacas, terneras gallinas, gansos y conejos y les hizo la siguiente pregunta: ¿Con qué salsa desean ser cocinados?
Todos se quedaron pensando excepto la gallina que dijo que ella no quería ser cocinada.
Creo que deberíamos plantarnos como este animal en la fábula de Galeano y decir no a ser cocinados e intentar cambiar en la medida de nuestras posibilidades el sistema. De no ser así, puedes seguir escogiendo la salsa en la que quieres ser cocinado.
La imagen del guiso lo encontré en Dallas Foods.
4 comentarios:
Esto algún día va a explotar por algún lado porque no puede ser que la mayor parte de la población del planeta sea la más desfavorecida.
Witilongi: Está claro que así no se puede seguir mucho tiempo que algún día los menos favorecidos se rebelarán y creo que ese momento está al caer.
Betote: Galeano es muy bueno. He leído muchas cosas de él y cada día me gusta más. Lo que comentaba en forma de parábola en el documental es una metáfora real de lo que está ocurriendo.
Un abrazo
cuando he empezado a leer el post iba a responder que una salsa de curry. pero ahora casi que prefiero la opción de la gallina :)
pero la fabula sigue amigo.... la gallina dice: yo no quiero ser cocinada, entonces el cocinero dice: momento!!!..... ESO ESTA FUERA DE TODA DISCUSION!!! ustedes solo pueden elegir con que salsa desean ser cocinados.....
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