Incubando empresas - Crónicas de Esperantia

Breaking

miércoles, 17 de enero de 2007

Incubando empresas

Plan de negocios", "cashflow", "hoja de oferta"...

Para un científico, estos términos surgidos del mundo de los negocios suenan a chino básico. Sin embargo, en las salas y oficinas ubicadas en una esquina del enorme edificio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, son moneda corriente.

Allí funciona Incubacen, la incubadora de empresas de base tecnológica que desde 2003 está impulsando una experiencia inédita en el mundo científico local. Tras superar no pocas dificultades, el emprendimiento presta apoyo a casi dos decenas de proyectos con distinto grado de desarrollo y amplio espectro: "El 60% proviene de la biotecnología, y el resto, de las ciencias de la computación, la química, biológica e inorgánica, la ecología y la geología, entre otras disciplinas", explica el ingeniero Leandro Roldán.

A la última convocatoria, realizada en octubre, se presentaron 25 proyectos innovadores y con factibilidad económica.

"Nos llevamos la sorpresa de que la mayoría pertenecían no a científicos de carrera, sino a estudiantes avanzados -cuenta el doctor Jorge Aliaga, decano de la Facultad-. Es que el investigador ya tiene su línea de trabajo y es raro que la abandone."

Las propuestas incluían desde la producción de un hongo comestible para degradar el residuo contaminante que deja la fabricación de aceite de oliva hasta desarrollos informáticos para aumentar la potencia de cálculo de conjuntos de computadoras para aplicaciones artísticas o asesoría en data mining (obtención de información a partir de grandes cantidades de datos).

Los interesados fueron invitados a participar durante cuatro semanas de un taller de formación con tutores externos para hacer el plan de negocios que deberán finalizar en marzo. Tras las deserciones, siguen en marcha 18 proyectos que están en plena "preincubación".

"Estos se suman a los que venimos acompañando desde la primera convocatoria -explica la doctora Laura Pregliasco, uno de los dos secretarios de investigación científica y tecnológica que tiene la Facultad y coordinadora de Incubacen-. A los que se acercan tratamos de darles todo el soporte posible y que esto tenga un efecto multiplicador."

Según Pregliasco, una cosa son los miedos de la fantasía y otra los peligros reales con que se enfrentan los investigadores que intentan dedicarse a la actividad privada. "Firman acuerdos sin saber bien lo que están firmando, o no saben cómo cotizar su tiempo", asegura.

Uno de los obstáculos usuales en el camino hacia la compañía propia es definir exactamente qué es lo que se elige comercializar. "Para los científicos es muy difícil elegir una de entre las decenas de aplicaciones que puede tener un conocimiento -dice Pregliasco-. Otra causa importante de frustración es no poder mantener la constancia; el emprendedor tiene que decidir también qué le gusta hacer."

"Se trata de desarrollar una nueva tecnología", dice Roldán, que coordina el proyecto internacional Key Initiatives in Commercialization of Knowledge - Kick Start, en el que además de la Argentina participan México, Colombia, España, Alemania y Portugal.

Desde la incubadora se encaran dos tipos de trabajos. Por un lado, el asesoramiento y la concreción de acuerdos económicamente justos, cuyo resultado satisfaga los objetivos del investigador y el fin social de la Facultad. "Queremos mostrar que esto puede ser beneficioso, que no está mal que sea económicamente rentable para el investigador y que sea un recurso para la Facultad", aclara Pregliasco.

Por otro, la búsqueda de posibles inversores, que contra algunos pronósticos se están presentando en un número mayor que el esperado.

Una vez sorteados todos los escollos, la Facultad ofrece -mediante un acuerdo de incubación- una pequeña infraestructura para comenzar a funcionar: sala de reuniones, oficina con computadora, teléfono, secretaria...

Pregliasco y Roldán aseguran que ya hay un puñado de proyectos en etapas avanzadas de desarrollo, que incluso se ofrecieron a inversores europeos, y que la incubadora va por buen camino. "Es fantástico el entusiasmo de la gente que vino al curso -concluye la primera-. Muchos se sorprendían de que la Facultad hiciera esto. Ocurre que no todos quieren seguir la carrera de investigador... Creo que estamos dando respuesta a una necesidad que no se había reconocido."

Imagen de Casflow.com.ua

Rodolfo Coricelli

No hay comentarios: