Este título que suena tan extraño, no es otra cosa que un proyecto muy ambicioso y a largo plazo que pretende desarrollar Japón con la Argentina para implantar una granja eólica para producir hidrógeno en nuestra Patagónia
Pero empecemos por explicar que una granja eólica es el conjunto de gigantescos generadores de electricidad propulsados por el viento.
En el sur de Argentina, mas precisamente en lo que se conoce como Patagónia es una extensísima región en donde el viento es dueño y señor de toda la comarca, desarrollando velocidades promedios del orfen de los 70 Km./hora y llegando a picos de mas de 100 km., todo este fenómeno en forma constante durante todo el año.
El proyecto consiste en instalar 200 turbinas eólicas capaces de generar 600 Mw., de potencia y esa energía se utilizara para producir hidrógeno, un combustible no contaminante.
Un grupo de científicos-empresarios del gobierno japonés se encuentra en el país para reunirse con funcionarios de la secretaria de Energía, para plantear el proyecto que le cambiará la fisonomía de las provincias del Chubut y Santa Cruz.
Esta asociación tan especial de tecnología y vientos le proporcionaría a la Argentina un producto de exportación no tradicional y que esta constituido por un combustible renovable y no contaminante que apunta a ser el motor del mundo en un futuro no muy lejano sustituyendo de a poco los combustibles fósiles.
Este proyecto fue presentado por el doctor en química Kenichiro Ota jefe de la comisión japonesa.
Japón tiene una Sociedad del Hidrógeno, tal vez la más antigua del mundo, ya que se fundó en 1973. Sus integrantes provienen de las universidades y de la industria y se unieron para promover esta tecnología, especialmente en Japón, pero también en el resto del mundo -explicó-. Estamos muy interesados en los fuertes vientos de la Patagónia y pensamos establecer una importante colaboración entre la Argentina y Japón.
En virtud del Protocolo de Kyoto, a partir de 2008 Japón tiene el compromiso de negociar bonos de créditos de carbono por 150.000.000 de toneladas anuales de no emisión de gases de efecto invernadero. A los precios actuales de 20 dólares la tonelada, esto se traduce en 3000 millones de dólares de inversión. En principio, Ota considera a la Patagónia un lugar ideal para canalizar parte de este negocio.
"Japón se está moviendo hacia una economía basada en el hidrógeno -dijo Ota-. Hay todavía muchas preguntas por responder, pero el gobierno japonés tiene la vista puesta en 2020 o 2030. La meta final está en 2100.
Las empresas japonesas Toyota, Honda y Nissan ya están diseñando autos de hidrógeno, y ese país necesita contar con combustible para estos vehículos. Aunque ya hay 13 estaciones de expendio, todavía se produce a partir de combustibles fósiles que los especialistas querrían reemplazar por fuentes renovables, como el viento.
Otro problema por resolver es el del transporte, dado que Japón está muy lejos y el hidrógeno se almacena a 250 grados bajo cero. Pero los pioneros japoneses no se amilanan: "Vamos a diseñar un barco especial", dijo Ota, para el que veinte -o cien- años no son nada...
Este ambicioso proyecto que espero que no se trunque por las consabidas burocracias o burro-cracias, viene a marcar un punto de desarrollo para el país que quizás le permita llegar a emular con el viento las riquezas que hoy tienen los países petroleros.
Y pensar que Japón en lo que a naturaleza se refiere solo tiene mar y terremotos…
Rodolfo Coricelli
La imagen de la granja eólica la encontré en Textos científicos.
Pero empecemos por explicar que una granja eólica es el conjunto de gigantescos generadores de electricidad propulsados por el viento.
En el sur de Argentina, mas precisamente en lo que se conoce como Patagónia es una extensísima región en donde el viento es dueño y señor de toda la comarca, desarrollando velocidades promedios del orfen de los 70 Km./hora y llegando a picos de mas de 100 km., todo este fenómeno en forma constante durante todo el año.
El proyecto consiste en instalar 200 turbinas eólicas capaces de generar 600 Mw., de potencia y esa energía se utilizara para producir hidrógeno, un combustible no contaminante.
Un grupo de científicos-empresarios del gobierno japonés se encuentra en el país para reunirse con funcionarios de la secretaria de Energía, para plantear el proyecto que le cambiará la fisonomía de las provincias del Chubut y Santa Cruz.
Esta asociación tan especial de tecnología y vientos le proporcionaría a la Argentina un producto de exportación no tradicional y que esta constituido por un combustible renovable y no contaminante que apunta a ser el motor del mundo en un futuro no muy lejano sustituyendo de a poco los combustibles fósiles.
Este proyecto fue presentado por el doctor en química Kenichiro Ota jefe de la comisión japonesa.
Japón tiene una Sociedad del Hidrógeno, tal vez la más antigua del mundo, ya que se fundó en 1973. Sus integrantes provienen de las universidades y de la industria y se unieron para promover esta tecnología, especialmente en Japón, pero también en el resto del mundo -explicó-. Estamos muy interesados en los fuertes vientos de la Patagónia y pensamos establecer una importante colaboración entre la Argentina y Japón.
En virtud del Protocolo de Kyoto, a partir de 2008 Japón tiene el compromiso de negociar bonos de créditos de carbono por 150.000.000 de toneladas anuales de no emisión de gases de efecto invernadero. A los precios actuales de 20 dólares la tonelada, esto se traduce en 3000 millones de dólares de inversión. En principio, Ota considera a la Patagónia un lugar ideal para canalizar parte de este negocio.
"Japón se está moviendo hacia una economía basada en el hidrógeno -dijo Ota-. Hay todavía muchas preguntas por responder, pero el gobierno japonés tiene la vista puesta en 2020 o 2030. La meta final está en 2100.
Las empresas japonesas Toyota, Honda y Nissan ya están diseñando autos de hidrógeno, y ese país necesita contar con combustible para estos vehículos. Aunque ya hay 13 estaciones de expendio, todavía se produce a partir de combustibles fósiles que los especialistas querrían reemplazar por fuentes renovables, como el viento.
Otro problema por resolver es el del transporte, dado que Japón está muy lejos y el hidrógeno se almacena a 250 grados bajo cero. Pero los pioneros japoneses no se amilanan: "Vamos a diseñar un barco especial", dijo Ota, para el que veinte -o cien- años no son nada...
Este ambicioso proyecto que espero que no se trunque por las consabidas burocracias o burro-cracias, viene a marcar un punto de desarrollo para el país que quizás le permita llegar a emular con el viento las riquezas que hoy tienen los países petroleros.
Y pensar que Japón en lo que a naturaleza se refiere solo tiene mar y terremotos…
Rodolfo Coricelli
La imagen de la granja eólica la encontré en Textos científicos.
1 comentario:
Muy interesante tu artículo Rodolfo.
Un saludo.
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