
Como este individuo deleznable se nos ha muerto a plazos, ya escribí algo sobre su miserable existencia hace unos días.
Ahora en Chile tienen que decidir qué hacer para despedirlo. Por si sirve de ayuda, aconsejo tirar sus viles restos a un contenedor de basura o tirarlo directamente por el retrete. Tal como vivío, es mucho más de lo que merece.
La imagen del retrete la encontré en Macarro.
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