Acabo de leer la noticia en El País y me ha sorprendido gratamente. El mundo de la investigación sigue su curso y para los que tenemos la suerte de vivir en esta época, la susesión de innovaviones técnicas no deja de admirarnos.
La noticia en sí, que ya me iba por las ramas, nos informa sobre el descubrimiento en Cambridge de una mutación genética que evita que sus portadores padezcan dolor.
El niño en el que se ha descubierto este fenómeno vive y trabaja en el norte de Pakistan.
Es una buena noticia para casi toda la humanidad, siempre que consiga desarrollarse a partir de este descubrimiento algún dispositívo, analgésico o similar para evitar el dolor a los seres humanos, que, dicho sea de paso, es necesario para seguir viviendo, pues alerta de muchos peligros y amenazas.
Y es una mala noticia para torturadores, psicópatas y gentuza que disfruta del sufrimiento ajeno.
La imagen de una simulación de zonas de dolor la encontré en la Clínica Girona.
La noticia en sí, que ya me iba por las ramas, nos informa sobre el descubrimiento en Cambridge de una mutación genética que evita que sus portadores padezcan dolor.
El niño en el que se ha descubierto este fenómeno vive y trabaja en el norte de Pakistan.
Es una buena noticia para casi toda la humanidad, siempre que consiga desarrollarse a partir de este descubrimiento algún dispositívo, analgésico o similar para evitar el dolor a los seres humanos, que, dicho sea de paso, es necesario para seguir viviendo, pues alerta de muchos peligros y amenazas.
Y es una mala noticia para torturadores, psicópatas y gentuza que disfruta del sufrimiento ajeno.
La imagen de una simulación de zonas de dolor la encontré en la Clínica Girona.
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