Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEyN) y del Instituto de Química y Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía del Conicet diseñaron un recubrimiento que, al ser iluminado, "quema" todo aquello que se encuentre adherido a su superficie, dejando como residuos dióxido de carbono y agua.
El compuesto, que en un futuro podría aliviar el trabajo de las amas de casa, es el dióxido de titanio (TiO2), una sustancia de bajo costo ampliamente utilizada en la industria para dar color blanco a pinturas, papel, cauchos y plásticos, entre otros productos.
Pero su potencialidad de limpiador está dada por su cualidad de semiconductor, que determina que, cuando la luz ultravioleta incide sobre él, los electrones cargados negativamente se desplacen por el material dejando en su lugar "huecos" de carga positiva. "Esos huecos son muy oxidantes y provocan la combustión de las sustancias orgánicas que están en las cercanías".
Así, elimina las grasas, las sustancias colorantes o destruye las bacterias adheridas a las superficies tratadas con TiO2, (dióxido de Titanio).
Entre otras propiedades se podría utilizar en los frentes de los edificios ya que por la acción del sol con los rayos ultravioletas y las lluvias provocarían la limpieza de la superficie tratada.
Y en los lugares que no llegan la luz solar, el dióxido de Titanio reacciona a la luz negra que es la que se utiliza en los aparatos que atraen a las moscas y demás insectos voladores.
Se puede utilizar en hospitales, comedores escolares y en todo lugar en donde se requiera de una desinfección y no se cuentan con los elementos necesarios. Actúa muy bien en todo tipo de cerámicos, y en este momento se están realizando ensayos para ser utilizado en cemento, yeso y cal, lo que permitiría la limpieza de cualquier tipo de superficie.
La variedad de TiO2 que eligió el grupo de trabajo para sus experimentos no es tóxica. De hecho, es la que se usa como en jugos artificiales, o como barrera protectora del sol en cremas para la piel. Esto permite que, en la actualidad, los investigadores estén abocados a estudiar la factibilidad de utilizar el recubrimiento bactericida en envases comestibles de vidrio y de plástico.
Dado que la eficiencia en la capacidad autolimpiante depende de cómo se construye la película de TiO2, los científicos siguen ensayando modificaciones a las técnicas de preparación porque las manchas de café todavía se resisten al autolavado.
La imagen corresponde a una estructura de cerámica que encontré en Alpepools.
Rodolfo Coricelli
El compuesto, que en un futuro podría aliviar el trabajo de las amas de casa, es el dióxido de titanio (TiO2), una sustancia de bajo costo ampliamente utilizada en la industria para dar color blanco a pinturas, papel, cauchos y plásticos, entre otros productos.
Pero su potencialidad de limpiador está dada por su cualidad de semiconductor, que determina que, cuando la luz ultravioleta incide sobre él, los electrones cargados negativamente se desplacen por el material dejando en su lugar "huecos" de carga positiva. "Esos huecos son muy oxidantes y provocan la combustión de las sustancias orgánicas que están en las cercanías".
Así, elimina las grasas, las sustancias colorantes o destruye las bacterias adheridas a las superficies tratadas con TiO2, (dióxido de Titanio).
Entre otras propiedades se podría utilizar en los frentes de los edificios ya que por la acción del sol con los rayos ultravioletas y las lluvias provocarían la limpieza de la superficie tratada.
Y en los lugares que no llegan la luz solar, el dióxido de Titanio reacciona a la luz negra que es la que se utiliza en los aparatos que atraen a las moscas y demás insectos voladores.
Se puede utilizar en hospitales, comedores escolares y en todo lugar en donde se requiera de una desinfección y no se cuentan con los elementos necesarios. Actúa muy bien en todo tipo de cerámicos, y en este momento se están realizando ensayos para ser utilizado en cemento, yeso y cal, lo que permitiría la limpieza de cualquier tipo de superficie.
La variedad de TiO2 que eligió el grupo de trabajo para sus experimentos no es tóxica. De hecho, es la que se usa como en jugos artificiales, o como barrera protectora del sol en cremas para la piel. Esto permite que, en la actualidad, los investigadores estén abocados a estudiar la factibilidad de utilizar el recubrimiento bactericida en envases comestibles de vidrio y de plástico.
Dado que la eficiencia en la capacidad autolimpiante depende de cómo se construye la película de TiO2, los científicos siguen ensayando modificaciones a las técnicas de preparación porque las manchas de café todavía se resisten al autolavado.
La imagen corresponde a una estructura de cerámica que encontré en Alpepools.
Rodolfo Coricelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario