Los nuevos timos bancarios

Todos los meses observo que algunos bancos presentan colas inusualmente largas a menudo compuestas por personas de la tercera edad. Intrigado por este hecho curioso, le pregunté a una señora mayor de qué iba esa cola y me dijo que era para pagar la luz, el teléfono, el agua, etc.

Como los pensionistas en este país cobran lo justo para comprar víveres con los que pueden mantenerse vivos a duras penas, no pueden permitirse el lujo de mantener una cuenta corriente en un banco porque el voraz latrocinio que suponen las comisiones y las letras pequeñas de las entidades bancarias les supondría un desembolso importante que su mísera pensión no puede soportar.

Los bancos, no obstante, no se dan por vencidos y suelen arrinconarlos en días y horas limitados para que se cansen de hacer colas y pasar frío o calor, según la estación y opten por pagar el impuesto revolucionario de las sisas bancarias y abran una cuenta corriente para domiciliar los pagos. En ese momento ya los tienen pillados. No tienen escapatoria. Ya son carne de banco. carne de números rojos, carne de intereses, carne de miseria. Mayor de la que viven con sus pobres pensiones.

Cuando tienen la pensión domiciliada en un banco, éste puede hacer lo que le dé la gana, cobrarle las comisiones que le apetezcan sin dar explicaciones a nadie. Uno de los timos más ingeniosos que conozco.

En ocasiones que he abierto una cuenta corriente para temas muy puntuales, siempre suelo preguntarle al empleado si el banco es seguro porque estoy preocupado por los robos. El me habla maravillas de los sistemas de seguridad que tienen: cajas fuertes blindadas, apertura retardada, conexión con la Policía, etc, etc. Yo le digo que mi preocupación es por los robos desde dentro. En ese momento, curiosamente empiezan a mirarme mal. ¿Por qué será?

En cierta ocasión escribí un monólogo que sigo representando ahí donde me contratan en el que hago un análisis de este curioso modo de actuación que tienen los que nos sisan el dinero continuamente con la anuencia de Gobierno, Justicia y sociedad entera. Puedes leerlo aquí con el resto. Se titula Nuestros amigos los bancos y es el sexto monólogo.

Los bancos tienen todo el derecho del mundo a cobrar por los servicios que prestan, pero creo que en España se han pasado.

En la foto que encontré en A las barricadas, puedes ver un banco. Los ancianos no pudieron posar porque tenían que hacer cola en el otro banco, el de las sisas.