Sabía que era por esta época y creía que no iba a llegar nunca, pero, por fin, ayer domingo 6 de Agosto, Crónicas de Esperantia cumplió dos años en la blogosfera posteando cositas, aportando contenidos, experiencias y opiniones sobre los temas más variopintos que te puedas imaginar.
Cuando me planteé mantener un blog, pensé que no merecía la pena empezar con fuerza y perder fuelle al poco tiempo. Si observas los primeros post son casi mensuales. Creo que este fenómeno de los blogs es más una carrera de fondo que otra cosa. Además la creciente y preocupante mortalidad infantil que desgraciadamente sufre la blogocosa hace que cada día me siga planteando si merece la pena seguir dedicando tiempo a algo que cuando empiezas no sabes cómo va a terminar.
Hoy después de dos años creo que ha merecido la pena. Al menos me ha ahorrado una buena pasta en psiquiatras y me ha permitido opinar sobre lo que me ha parecido sin ninguna cortapisa y con absoluta libertad. Algo que tal como está el panorama mediático, resultaría tarea casi imposible.
Al blog le siguió un año después el podcast que sigo manteniendo en Radio Esperantia y que el próximo mes cumplirá su primer añito también con cerca de 50 entregas.
A partir de ahora seguiré con la misma ilusión y despreocupación que estos 24 meses. Puede parecer contradictorio, pero creo que es la mejor manera de mantener un blog. Ilusión para exponer abiertamente tus opiniones, participar activamente en la conversación del panorama de actualidad y despreocupación sobre el número de visitas y comentarios.
En este día, deseo agradecer a todos y cada uno que en algún momento se han acercado por aqui y han participado de algún modo en hacer de Crónicas de Esperantia un medio alternativo, diferente, sui generis y lo que tu quieras añadir, pero que ya ha cumplido sus dos añitos. Gracias a todos.
Si quieres un trozo de tarta, busca una sierra eléctrica y corta el trozo que desees de la tarta de la imagen que encontré en Aufeminin
Cuando me planteé mantener un blog, pensé que no merecía la pena empezar con fuerza y perder fuelle al poco tiempo. Si observas los primeros post son casi mensuales. Creo que este fenómeno de los blogs es más una carrera de fondo que otra cosa. Además la creciente y preocupante mortalidad infantil que desgraciadamente sufre la blogocosa hace que cada día me siga planteando si merece la pena seguir dedicando tiempo a algo que cuando empiezas no sabes cómo va a terminar.
Hoy después de dos años creo que ha merecido la pena. Al menos me ha ahorrado una buena pasta en psiquiatras y me ha permitido opinar sobre lo que me ha parecido sin ninguna cortapisa y con absoluta libertad. Algo que tal como está el panorama mediático, resultaría tarea casi imposible.
Al blog le siguió un año después el podcast que sigo manteniendo en Radio Esperantia y que el próximo mes cumplirá su primer añito también con cerca de 50 entregas.
A partir de ahora seguiré con la misma ilusión y despreocupación que estos 24 meses. Puede parecer contradictorio, pero creo que es la mejor manera de mantener un blog. Ilusión para exponer abiertamente tus opiniones, participar activamente en la conversación del panorama de actualidad y despreocupación sobre el número de visitas y comentarios.
En este día, deseo agradecer a todos y cada uno que en algún momento se han acercado por aqui y han participado de algún modo en hacer de Crónicas de Esperantia un medio alternativo, diferente, sui generis y lo que tu quieras añadir, pero que ya ha cumplido sus dos añitos. Gracias a todos.
Si quieres un trozo de tarta, busca una sierra eléctrica y corta el trozo que desees de la tarta de la imagen que encontré en Aufeminin
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