Unos cuantos activistas se han atrincherado en Madrid en un edificio de cuatro plantas en protesta por la especulación inmobiliaria y la precariedad en el empleo en nuestro país, tal como leo en el Diario El Mundo. ¿Será este el comienzo de la tan esperada y ansiada revolución? De ser así han elegido mal momento bajo mi punto de vista.
Yo tenía pensado también organizar una revolución, pero desistí. Ahora mismo montar una revolución es muy complicado.
La mía iba a comenzar la primera semana de junio, pero pensé que no sería bueno dejar fuera a todos los revolucionarios futboleros y decidí esperar al final del mundial, pero después del mundial llega Wimbledon y tampoco quiero dejar fuera a los revolucionarios tenísticos y decidí posponerla, pero después sigue Alonso arrasando por los circuitos y pensé que sería mejor esperar a que termine la temporada en F1, pero la liga, la champions ya estará de nuevo en liza y los revolucionarios futboleros que podría haber fichado después del mundial, los perderé. Esperemos que en el Tour no haya mucha emoción y se pueda echar mano de los aficionados ciclistas, pero me da que tampoco. Y luego... viene el mundial de basket también, así que decidí finalmente no contar con los revolucionarios deportivos y echar mano de ese colectivo que nunca falla, las marujas.
Tenía pensado grandes cosas para las marujas en la revolución. Todas terminarían leyendo a Dostoievsky. En principio se crearían dos columnas. La brigada mecanizada de marujas "María Teresa Campos" que avanzaría por el norte con sus televisores sintonizados en la televisión canaria y la Brigada acorazada de marujas "Ana Rosa Quintana" que avanzaría por el Sur con sus armas-televisores sintonizados en Antena 3.
Sé que las armas a emplear son letales, pero en una revolución no hay que andar con concesiones de ningún tipo. Como apoyo a las dos brigadas, tendríamos en la reserva por si cualquiera de las dos, encontraba dificultades con la División aerotransportada de Tunneros "King Africa" que avanzaría sin contemplaciones con sus discotecas ambulantes escupiendo el reggaeton más infeccioso y letal para cerebros medios.
Pero hay más problemas. Con las marujas canarias no puedo contar. Con los 12 ó 14 culebrones con los que las obsequian a diario en la televisión canaria y demás bazofias catódicas y no catódicas, lo veo muy difícil. El maléfico sistema ya se preocupa de mantener sus neuronas ocupadas para que tengan que seguir las tramas diarréicas de toda su programación.
Además en un país en el que es difícil ponerse de acuerdo para elegir a 11 hombres entre 45 millones para un partido, ¿cómo se puede pretender organizar algo más grande?
En resumen, que mi revolución la dejaré para otro momento, pero apoyo sin reservas a los que se encuentran atrincherados en el cine de Madrid exigiendo algo que todos los grandes miserables, bocazas, delincuentes, criminales y excrecencias humanas de este país dicen que tenemos y de lo que carecemos por completo: Vivienda y trabajo. ¡Algún día en España habrá justicia! ¡Adelante compañeros!
Yo tenía pensado también organizar una revolución, pero desistí. Ahora mismo montar una revolución es muy complicado.
La mía iba a comenzar la primera semana de junio, pero pensé que no sería bueno dejar fuera a todos los revolucionarios futboleros y decidí esperar al final del mundial, pero después del mundial llega Wimbledon y tampoco quiero dejar fuera a los revolucionarios tenísticos y decidí posponerla, pero después sigue Alonso arrasando por los circuitos y pensé que sería mejor esperar a que termine la temporada en F1, pero la liga, la champions ya estará de nuevo en liza y los revolucionarios futboleros que podría haber fichado después del mundial, los perderé. Esperemos que en el Tour no haya mucha emoción y se pueda echar mano de los aficionados ciclistas, pero me da que tampoco. Y luego... viene el mundial de basket también, así que decidí finalmente no contar con los revolucionarios deportivos y echar mano de ese colectivo que nunca falla, las marujas.
Tenía pensado grandes cosas para las marujas en la revolución. Todas terminarían leyendo a Dostoievsky. En principio se crearían dos columnas. La brigada mecanizada de marujas "María Teresa Campos" que avanzaría por el norte con sus televisores sintonizados en la televisión canaria y la Brigada acorazada de marujas "Ana Rosa Quintana" que avanzaría por el Sur con sus armas-televisores sintonizados en Antena 3.
Sé que las armas a emplear son letales, pero en una revolución no hay que andar con concesiones de ningún tipo. Como apoyo a las dos brigadas, tendríamos en la reserva por si cualquiera de las dos, encontraba dificultades con la División aerotransportada de Tunneros "King Africa" que avanzaría sin contemplaciones con sus discotecas ambulantes escupiendo el reggaeton más infeccioso y letal para cerebros medios.
Pero hay más problemas. Con las marujas canarias no puedo contar. Con los 12 ó 14 culebrones con los que las obsequian a diario en la televisión canaria y demás bazofias catódicas y no catódicas, lo veo muy difícil. El maléfico sistema ya se preocupa de mantener sus neuronas ocupadas para que tengan que seguir las tramas diarréicas de toda su programación.
Además en un país en el que es difícil ponerse de acuerdo para elegir a 11 hombres entre 45 millones para un partido, ¿cómo se puede pretender organizar algo más grande?
En resumen, que mi revolución la dejaré para otro momento, pero apoyo sin reservas a los que se encuentran atrincherados en el cine de Madrid exigiendo algo que todos los grandes miserables, bocazas, delincuentes, criminales y excrecencias humanas de este país dicen que tenemos y de lo que carecemos por completo: Vivienda y trabajo. ¡Algún día en España habrá justicia! ¡Adelante compañeros!
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