La conclusión del titular está justificada. Un país no puede funcionar de ningún modo sin idiotas. La solución a todos los problemas estaría en la creación de grandes complejos industriales para fabricar más idiotas en serie: Idiotas que paguen su licencia municipal para poder circular con sus vehículos a los que se les cobre un impuesto añadido por usar los parquimetros o los peajes. Idiotas que confíen su dinero a bancos sin escrúpulos que les sisan el dinero con comisiones similares a los impuestos revolucionarios. Idiotas que trabajen sin rechistar jornadas maratonianas a cambio de lo justo para poder subsistir. idiotas que voten cada cierto tiempo a los mediocres más insufribles para que tiren su dinero en proyectos a menudo inservibles. Idiotas que dediquen la mitad de su vida a comprarse una vivienda que en condiciones normales valdría la quinta parte.
Pero, eso sí. Idiotas que no piensen. Idiotas que no comprendan cómo está montado el tinglado y se dediquen a exigir sus derechos. Para ello, lo ideal es crear más canales de televisión. Pongamos 10.000. Más revistas del corazón. Pongamos 1000 más y lo más importante: el bombardeo masivo de todas las bibliotecas del país. Así si que podrá funcionar el sistema. De otro modo, los librepensadores pueden impregnar con sus ideas a los idiotas dudosos y se pueden dar cuenta de todo y empezar a quemar el país.
Hace tiempo un amigo extranjero me comentó que España era un país muy surrealista en donde la democracia no era real. Yo le dije que en España tenemos la democracia perfecta: Sobre el papel tenemos todos los derechos, pero en la práctica ninguno.
Lo malo es que ahora mismo a todos nos han convertido en idiotas a la fuerza. Estado que aceptamos de buen agrado entre partido y partido de la Champions y el ligue de la descerebrada sin orejas de turno.
Lo malo es que ahora mismo a todos nos han convertido en idiotas a la fuerza. Estado que aceptamos de buen agrado entre partido y partido de la Champions y el ligue de la descerebrada sin orejas de turno.
Los pirómanos no es que estén en contra del sistema. Son idiotas, pero de otra calaña. La foto la encontré en Folha Online.
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