Hoy se ha inaugurado en Huesca, mi ciudad natal, un debate sobre el periodismo ciudadano, el nuevo periodismo y el futuro de las nuevas tecnologías en el mundo del reporterismo.
Voy a intentar aportar mi granito de arena a estas nuevas tendencias con mi opinión personal, mi experiencia y mis hábitos cotidianos relacionados con el periodismo que ya es más presente que futuro.
Este artículo que estoy escribiendo podría ser un ejemplo que ilustre precisamente lo que pienso al respecto.
En primer lugar creo que se ha magnificado excesivamente el fenómeno del nuevo periodismo ciudadano al que quizás se le dé demasiada importancia por la cantidad de blogs o bitácoras que siguen creciendo en todo el mundo. Pero lógicamente un blog no puede acceder a toda la información a la que accede un diario convencional o digital por razones obvias: normalmente no tiene ni tanto personal ni tantos medios por lo que deben centrarse en la opinión sobre noticias o hechos concretos. Algo que es muy interesante y enriquece enormemente cualquier debate.
Por ejemplo: yo no puedo trasladarme ahora mismo a Huesca para cubrir informativamente el Congreso que se está celebrando, pero a través de otros medios, me informo y estoy ahora mismo opinando sobre lo que se dice o sobre mi experiencia sobre el fenómeno.
La inmensa cantidad de informaciones periodísticas a las que podemos acceder a través de los medios en Internet, en mi caso, me sirven para conocer los hechos. Para encontrar la asépsia absoluta sobre las noticias, procuro leer el tratamiento que sobre una misma noticia hacen varios medios y después, opino al respecto o me elaboro mi propia opinión que luego contrasto con los blogs que visito para conocer sus pareceres.
Las opiniones como los gustos son patrimonio de cada persona y debemos diferenciar la información de la opinión y evitar caer en un curioso fenómeno que he observado en mi blog y es que existen personas que intentan cambiar mi opinión sobre algunos conceptos sobre los que me manifiesto. Es algo que me parece ilógico porque yo sólo y únicamente me represento a mí mismo y mi blog refleja única y exclusivamente mis opiniones. A mi no se me ocurre intentar cambiarle la opinión a alguien. Discutiré, aportaré mis puntos de vista y argumentaré mi parecer, pero no pretenderé obligarle a modificar la opinión que una persona tiene. Eso creo que es lo bueno de acceder a muchas opiniones a través de Internet: la riqueza de opiniones diversas.
El futuro se me antoja cada vez más rico y plural y el debate sobre lo que es una cosa o es otra, lo veo como una pérdida de tiempo poruqe los blogs seguirán creciendo y aportando mayor pluralidad a este curioso ecosistema digital.
La libertad que me brinda el tener este blog y expresar lo que quiero sin ningún tipo de cortapisas, creo que es un avance espectacular en la conquista de una democratización de fuentes.
Llevo una larga temporada sin leer diarios convencionales en papel, hasta el punto que cuando en alguna cafetería cae alguno en mis manos, me suena extraño. Pienso que convivirán durante algún tiempo, pero la inmediatez y conectividad de los medios digitales terminarán por relegarlos.
Voy a intentar aportar mi granito de arena a estas nuevas tendencias con mi opinión personal, mi experiencia y mis hábitos cotidianos relacionados con el periodismo que ya es más presente que futuro.
Este artículo que estoy escribiendo podría ser un ejemplo que ilustre precisamente lo que pienso al respecto.
En primer lugar creo que se ha magnificado excesivamente el fenómeno del nuevo periodismo ciudadano al que quizás se le dé demasiada importancia por la cantidad de blogs o bitácoras que siguen creciendo en todo el mundo. Pero lógicamente un blog no puede acceder a toda la información a la que accede un diario convencional o digital por razones obvias: normalmente no tiene ni tanto personal ni tantos medios por lo que deben centrarse en la opinión sobre noticias o hechos concretos. Algo que es muy interesante y enriquece enormemente cualquier debate.
Por ejemplo: yo no puedo trasladarme ahora mismo a Huesca para cubrir informativamente el Congreso que se está celebrando, pero a través de otros medios, me informo y estoy ahora mismo opinando sobre lo que se dice o sobre mi experiencia sobre el fenómeno.
La inmensa cantidad de informaciones periodísticas a las que podemos acceder a través de los medios en Internet, en mi caso, me sirven para conocer los hechos. Para encontrar la asépsia absoluta sobre las noticias, procuro leer el tratamiento que sobre una misma noticia hacen varios medios y después, opino al respecto o me elaboro mi propia opinión que luego contrasto con los blogs que visito para conocer sus pareceres.
Las opiniones como los gustos son patrimonio de cada persona y debemos diferenciar la información de la opinión y evitar caer en un curioso fenómeno que he observado en mi blog y es que existen personas que intentan cambiar mi opinión sobre algunos conceptos sobre los que me manifiesto. Es algo que me parece ilógico porque yo sólo y únicamente me represento a mí mismo y mi blog refleja única y exclusivamente mis opiniones. A mi no se me ocurre intentar cambiarle la opinión a alguien. Discutiré, aportaré mis puntos de vista y argumentaré mi parecer, pero no pretenderé obligarle a modificar la opinión que una persona tiene. Eso creo que es lo bueno de acceder a muchas opiniones a través de Internet: la riqueza de opiniones diversas.
El futuro se me antoja cada vez más rico y plural y el debate sobre lo que es una cosa o es otra, lo veo como una pérdida de tiempo poruqe los blogs seguirán creciendo y aportando mayor pluralidad a este curioso ecosistema digital.
La libertad que me brinda el tener este blog y expresar lo que quiero sin ningún tipo de cortapisas, creo que es un avance espectacular en la conquista de una democratización de fuentes.
Llevo una larga temporada sin leer diarios convencionales en papel, hasta el punto que cuando en alguna cafetería cae alguno en mis manos, me suena extraño. Pienso que convivirán durante algún tiempo, pero la inmediatez y conectividad de los medios digitales terminarán por relegarlos.
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