Una vez más nos salvamos de las lluvias

Afortunadamente una vez más, Dios hizo horas extras y evitó que la catástrofe se cebara en las islas. Habrá que seguir rezando porque la espada de Damocles sigue en su lugar y nos apunta amenazadora para advertirnos que sigue allí. En Canarias sólo nos queda rezar. Los dirigentes que nos ha tocado en suerte no tomarán ninguna medida y dejarán en manos del milagrerismo patrio el resultado de las próximas inundaciones. En Comunidades sin incapaces y corruptos o con un número menor de ellos conocen que la teoría de la gravedad conduce el agua hacia el mar y que cualquier obstáculo que se le ponga en su camino se lo lleva por delante si no se construyen o habilitan conducciones que aminoren el caudal. Ésta Ley la desconocen la piara que nos gobierna en las distintas administraciones. Ahora, llegan las disculpas hasta que nuevas lluvias atenten contra nuestra seguridad.

Suscribo al cien por cien lo que Marino cuenta en Sildavia con una salvedad. Subestima a los políticos de Las Palmas(provincia). Hicieron desaparecer miles de millones para horadar la montaña de Tindaya en Fuerteventura y nadie sabe dónde están.Creo que nuestros dirigentes son mucho peores que los de Tenerife.

Ad Astra, también hace su crónica particular del suceso y Miguel en Taller nos deleita con una buena colección de fotos. No sé si me olvido de alguien. Si es así, actualizaré la lista sin problemas.

Ahora queda defender a capa y espada la teoría de la plaga bíblica para esconder sus mezquindades, mediocridades, meapilismo e ignorancia para que nadie sepa que los destrozos causados por las lluvias podían haber sido evitados o altamente minimizados si se hiciera una política hidráulica en condiciones con obras que permitan que el agua circule por donde debe y que evite las construcciones en medio de sus salidas naturales al mar.

Canarias es un paraiso ahora mismo, pero si piensas visitar las islas, apresurate porque lo del Sol y Playa va a quedar en historia. El nuevo eslogan va a ser Sol y cemento. Construyen urbanizaciones y hoteles por doquier para turistas inexistentes, masacran el paisaje y curiosamente se quejan de que no vengan esos turistas.

Por esta vez logramos escapar más o menos indemnes, pero el próximo aguacero nos espera a la vuelta de la esquina. Al menos tenemos la absoluta seguridad que los individuos a los que pagamos para que velen por nuestros intereses no harán nada. Mejor, connstrúyete tú tus diques y conducciones hidráulicas. Ellos están demasiado ocupados saqueando las arcas autonómicas como para preocuparse por nimiedades.

La foto es una de tantas de la estampa catastrófica que nos dejaron estas lluvias en Canarias. Hay muchas más que, como está puedes ver en el especial fotográfico de Canarias7, de donde la cogí prestada. Concretamente ésta que ves la envió Francisco Javier Sánchez.